Unas navidades en Uagadugú Burkina Faso, el país de los hombres integros

29 de diciembre de 2022

Burkina Faso es un país sin salida al mar ubicado en el centro de la altiplanicie de África Occidental. Limita con Mali al noroeste; con Níger al noreste; con Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín al sur. La capital y ciudad más poblada es Uagadugú. Gran parte de su paisaje es sabana. Burkina Faso logró la independencia de Francia en agosto de 1960. El francés es el idioma oficial. Al igual que sus vecinas Niger y Mali vive una continua presión terrorista yihadista.

Uagadugú no es la ciudad más bonita del mundo para pasar la noche de fin de año pero si es una ciudad muy interesante. Una ciudad roja y polvorienta que de diciembre a febrero se llena de unas partículas infames que lo invaden todo llamadas harmattan. Un polvo que se te mete hasta la garganta, te deja atontado y no te deja ver más allá de cinco metros.

El 30 de septiembre de 2022 se produjo el segundo golpe de Estado en Burkina Faso El capitán Ibrahim Traoré, de 34 años, tomó el poder acusando al hasta entonces presidente, el también golpista Paul-Henri S. Damiba, de incapacidad para hacer frente a la insurgencia islamista. Esta navidad, la situación no puede ser más delicada, se espera otro golpe de estado en cualquier momento.  

Un autobus de transporte público en Uagadugú Burkina Faso

“La plaza de la ONU” es una conocida plaza de Uagadugú. Una bola del mundo en su centro es atacada día tras día tanto por los partidarios del nuevo presidente, Ibrahim Traoré como por los que quieren un nuevo cambio.

Plaza de la ONU en Uagadugú Burkina Faso

Se respira tensión. Uagadugú parece una ciudad fantasma.

Para mi, resulta indescriptible pasar la navidad en Uagadugú, primero porque me hace ser testigo en primera línea de lo que es vivir en una ciudad africana en caída libre sometida a depredadores que solo buscan poder, y en segundo lugar, porque me aleja de la vorágine de Madrid en navidad muy alejado de mis inquietudes.

Aquí se rompen patrones y moldes que te llenan de libertad. Además, le puedo contar al mundo lo que veo, lo que ocurre y lo que ocurrió sintiéndome todavía más libre y más orgullosa que poniendo en mi casa un árbol de navidad.

Uagadugú tiene mucha pobreza. Una ciudad donde en cada semáforo esperan madres harapientas con niños en brazos o viejas esqueléticas que alargan sus brazos a los coches que pasan por si les cae algo que echarse a la boca.

Una mujer en Uagadugú Burkina Faso

Vuelo a Burkina con Air Marroc en el penúltimo día de este maldito año 2022, el peor año de mi vida.

Burkina, en este momento, es uno de los países más inseguros del mundo. Estuvimos hace un año y fue una experiencia fantástica llena de satisfacciones y de trabajo bien hecho.

https://www.africaconflictosolvidados.com/el-terrorismo-yihadista-se-enquista-en-burkina-faso/

La llegada a Uagadugú en avión es increíble. El aeropuerto se encuentra en el mismo centro de la ciudad del Sahel. Cuando el avión desciende para aterrizar, te acercas tanto a las casas que parece que te las vas a tragar. Es una experiencia inolvidable como lo es cada vez que te aproximas en avión a una ciudad africana.

Nunca olvidaré mi llegada a Jartúm (Sudán) en avión, una ciudad en mitad del desierto, ciudad roja, de casas de color ocre alienadas en mitad de la nada, ni tampoco la llegada a Malabo (Guinea Ecuatorial) por la increíble luminosidad que en la noche guineana se veía desde el oscuro océano. Malabo se encuentra en la isla de Bioko. Sorprendente fue la llegada en avión a Maun (Botswana) volando desde Johanesburgo. Me pareció un autentico poblacho en mitad del Delta del Okavango, impactante aterrizar en Ciudad del Cabo, etc. Burkina también es impresionante en la noche.

Un buen vuelo y llegada a las dos de la mañana a Uagadugú. Parece que todo va saliendo bien. Pasados los controles y con mucho sueño, ¡increíblemente¡, nos espera un coche del hotel Princess Yenenga, donde nos hospedamos hace un año. Un lugar precioso con un exuberante jardín lleno de palmeras y árboles tropicales.

El Princess Yenenga en Uagadugu Burkina

Las habitaciones dispersas entre árboles y vegetación africana en torno a una pequeña piscina. El Princess Yenenga tiene una pequeña recepción de ensueño, africana, deliciosa y un restaurante junto a la piscina con buena cocina. La clientela es blanca, expatriados que se acercan a tomar una copa, charlar o cenar, militares y ONG’s.

El Hotel Princess Yenenga es un reducto de paz en el corazón de la polvorienta y seca ciudad. Tiene altas alambradas de seguridad y un sistema nada sofisticado de portones para poder acceder al hotel. Un lugar diferente para pasar la navidad, huyendo de la rutina y de la normalidad de la vida de Madrid. Para mi, aunque este lugar no es el más bello del mundo, es África, y en África siempre encuentro la felicidad. Así que aquí estoy, feliz como una perdiz, aprovechando todo lo que veo, todo lo que oigo y todo lo que siento.

Hemos descansado como benditos y contratado al mismo conductor de hace un año. Se llama If, eficaz y serio pero callado como un muerto, se limita a conducir con buen talante. La cita con If es a las nueve de la mañana en el Princess Yenenga pero se presenta casi a las diez. Parece ser que hay un problema con el combustible.

Una mujer en Uagadugú Burkina Faso

Las gasolineras de la ciudad tienen (las que están abiertas) una cola de gente que paciente o no tan pacientemente esperan repostar. Hay problemas de suministro,

Nos recoge a las diez con una enorme sonrisa. Nos vamos a desayunar a la pastelería libanesa “Le festival de glasses que se encuentra cerca del hotel. Nada parece haber cambiado en Uagadugú, todo permanece igual, salvo que hoy es 30 de diciembre, mañana, Nochevieja y la ciudad se va a paralizar con vacaciones durante cinco días. !Que listos hemos sido!.

Hotel El Princess Yenenga en Uagadugú Burkina

“El Princess Yenenga” no parece haber cambiado, sigue tan bonito como hace un año, eso si, hay muy poca gente, Gregoric, el dueño, un argelino, hijo de madre alemana, nos dice que casi todos los blancos se han largado de Uagadugú por la falta de seguridad que vive este país. Solo hace dos meses se produjo el último golpe de estado y el anterior presidente, Paul-Henri S. Damiba tuvo que refugiarse en Togo.

Un grupo de diez tipos blancos, musculosos y fornidos, posiblemente militares, mercenarios o servicios secretos van a pasar la noche de fin de año lejos de sus casas compartiendo espacio con nosotros en el Princess Yenenga. Apenas, salen del hotel mostrando sus musculosos brazos cubiertos de tatuajes y sus piernas talladas con horas de gimnasio.

Dos chicas en Uagadugú Burkina Faso

A pesar de la situación crítica de Burkina, de la soledad del hotel, de la aparente calma tensa de la ciudad, es un privilegio poder estar aquí.

El transporte en Uagadugú es la moto que conducen tanto hombres como mujeres

Dos mujeres en moto en Uagadugú Burkina Faso

La noche de fin de año de 2022

Hoy es fin de año, mal día para hacer contactos y gestionar entrevistas. El supermercado estaba hasta arriba de familias que esperaban pacientemente ante las cajas registradoras para volver a casa y preparar la fiesta de nochevieja.

A pesar de que hoy es un día peculiar, hemos conseguido dos reuniones, una con el portavoz del Ministerio de Educación y otra con un analista político con el que ya nos reunimos el año pasado. Un tipo que conoce muy bien, las claves y la situación de este país en caída libre. Nos cuenta que la situación se ha agravado en un año. La situación es tan crítica que es posible que en cualquier momento haya otro golpe de estado o un ataque yihadista. Eso mismo, escuchamos ayer tarde cuando nos soplaron que la televisión de Burkina, justo al lado del Princess Yenenga ha reforzado con tanquetas su entrada, lo mismo ha ocurrido en todas las delegaciones gubernamentales. Esto tiene muy mala pinta. Tendría gracia que nos pillara un golpe de estado en Uagadugú, el último día del año.

Un hombre en Uagadugú Burkina Faso

Desde hace tiempo, los yihadistas asedian el país imposibilitando el transporte por carretera. Están muy cerca de la capital. Hace unos meses anunciaron que antes de fin de año, llegarían a Uagadugú y a Bamako (Mali).

Burkina no es más que un estado frágil que pende de un hilo con un ejercito débil. No existen apenas, obstáculos para que los terroristas alcancen triunfantes la capital. Si esto ocurre, el primer lugar al que irán será a la televisión pero también a los sitios donde se concentran los pocos blancos que quedamos aquí.

El más terrible ataque terrorista de la historia de Burkina

(El 15 de enero de 2016, tres hombres armados con rifles atacaron el restaurante Cappuccino frecuentado por extranjeros y hombres de negocios locales​ y el Splendid Hotel en el centro de Uagadugú, la capital de Burkina Faso donde se albergan habitualmente expatriados, soldados franceses y estadounidenses, miembros de la ONU y diplomáticos locales. Fueron asesinadas 30 personas​, entre ellas al menos 19 extranjeros, una de las víctimas murió a causa de las heridas dos días después y unas cincuenta resultaron heridas.​ Un total de 176 rehenes fueron liberados del hotel en un contraataque de las fuerzas de seguridad locales apoyadas por franceses y estadounidenses. Durante la operación de rescate fueron abatidos los tres terroristas)

La situación para nuestra noche de fin de año es la siguiente, tenemos fichado un restaurante francés relativamente cerca del hotel “Princess Yenenga” donde se piensa celebrar una cena con música y cotillón. El precio, un ojo de la cara y parte del otro, eso si, con caviar, ostras, trufas y alcohol a discreción. Con un posible golpe de estado en puertas o un ataque terrorista amenazante, el restaurante francés es una bomba de relojería. Así que decidimos olvidarnos del caviar y no correr un riesgo innecesario. Nos quedaremos en nuestro hotel. Lo prefiero, me horrorizan los cotillones.

Noche de fin de año en el Hotel Princess Yanenga Ougadugu

Este país es muy complicado y vive una situación muy similar a su vecina Mali.

Una joyería en Uagadugú Burkina Faso

Año Nuevo en Uagadugú

Amanece el nuevo año en Uagadugú. No hubo ni golpe de estado ni ataque terrorista. La ciudad está desierta. Nos vamos a desayunar al “Festival de glasses” y después al Hotel Ricardo’s, el hotel de un español que murió en un accidente de avión en 2014 durante un vuelo Uagadugú-Argel.

El decadente Ricardo’s nunca me pareció tan bonito como este año. Es otro remanso de paz en la ciudad del Sahel. No queda casi nadie, su clientela habitual se ha ido en desbandada por la situación que vive el país.

El Hotel Ricardo's en Ougadugú Burkina

Su piscina es un lugar perfecto para leer, escribir o trabajar. Nos han preparado la tortilla de verduras más rica que he probado en mi vida para nuestra comida de Año Nuevo (no la cambio por ninguna otra) con un delicioso pan francés que no olvidaré jamás.

Una semana investigando sobre el terreno

Uagadugú es la ciudad más polvorienta y sucia que conozco en todo África. Hace año y medio estuvimos por vez primera aquí tras el brutal asesinato de David Beriain y Roberto Fraile, dos compañeros periodistas asesinados en Burkina Faso. En aquel momento, viajé a este país con miedo. Ahora mi temor se ha diluido por completo. Me sorprendo a mi misma paseando la ciudad pudiéndome fijar en los detalles.

Una calle de Uagadugú Burkina Faso

El harmattan va a durar hasta febrero. Los árboles se llenan de un barro que tiñe sus hojas, los coches han perdido su color. La calle es un barrizal. No se ve a lo lejos y los ojos escuecen. La neblina llega hasta el cerebro. Con el harmattan, la atmósfera es desaladora. Uagadugú no es una ciudad bella pero tiene mucho color. Los niños de la calle que no faltan en ninguna ciudad africana que se precie se mueven entre las basuras en auténticos batallones. Desde muy pequeños llevan una lata oxidada en sus manos, el único objeto que les pertenece en su dura y corta vida.

Un vendedor en Uagadugú Burkina Faso

Queremos saber que sucedió con David Beriain y Roberto Fraile en Burkina. Se trata de una necesidad y un reconocimiento al buen periodismo de raza. Es cierto que se les ha concedido el premio Ortega y Gasset pero nadie ha venido hasta aquí para reconstruir los pasos que les llevaron a la muerte aquél fatal y fatídico 26 de abril de 2021.

David Beriain y Roberto Fraile fueron asesinados en Burkina Faso mientras rodaban un documental sobre la protección del medio ambiente y la fauna.

Xaquín y yo nos jugamos el pellejo en Maiduguri (Nigeria) por el único hecho de informar y tuvimos la inmensa fortuna de salir ilesos y no tener ningún percance. Si nos hubiera ocurrido algo, me hubiera gustado que alguien hubiera tenido la deferencia de seguir sobre el terreno nuestros pasos y aportar algo a nuestra historia. Hasta donde yo sé, ningún periodista ha venido a Burkina para conocer que ocurrió exactamente salvo un informe de la policía española y otro de la Unión Europea.

Calle de Uagadugú Burkina Faso

Porque eran unos fantásticos periodistas que se jugaron la vida, se merecen que estemos aquí hablando con quienes compartieron su camino y su experiencia.

El hotel Princess Yenenga tiene un sistema de vigilancia y seguridad que pondría los pelos de punta a cualquier mortal con algo de sentido común. Cuando cae la tarde, alrededor del hotel, aparecen unos tipos con pasamontañas que van cargados de armamento hasta arriba, kalashnikov en una mano y granadas en la otra. Mas que servicio de seguridad del hotel parecen peligrosos y sangrientos terroristas pero son los vigilantes que durante la noche (en un país amenazado permanentemente por yihadistas) mantienen a raya la seguridad del hotel.

Uagadugú Burkina Faso

Nosotros tenemos reloj y los africanos tienen tiempo”

Es muy importante conocer como relacionarte con los africanos. Después de mucho recorrido en este continente sabemos como son las señales, los tiempos y los secretos de África.

David Beriain y Roberto Fraile subestimaron las señales por muy periodistas de raza, valientes y arriesgados que eran. Se les escaparon esos códigos del continente negro. Infravaloraron o minimizaron los riesgos y eso les costó la vida. Este continente no perdona y menos a un blanco que olvida en que terreno se mueve. Estas claves son las que nos han traído aquí para descubrir lo que les ocurrió a nuestros compañeros pero sobre el terreno y no con teletipos de agencia. Investigación pura y dura siguiendo los protocolos africanos.

Esta noche abandonamos Burkina. He vuelto al Ricardo’s para despedirme. Ya nos hacen la ola, no hemos fallado ni un solo día. Nos vamos con los deberes hechos. Me he alejado de Madrid, de su rutina y de las navidades.

Ha sido una semana fantástica disfrutando de esta ciudad y país único, apasionadamente complicado en vertiginosa caída. Una semana investigando sobre el terreno. Todo esto ha hecho de esta navidad, una navidad muy especial.

One Reply to “Unas navidades en Uagadugú Burkina Faso, el país de los hombres integros”

  1. Anónimo

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    Me encanta tu blog! Un saludo desde Madrid

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