Uganda, la perla de África
Dos semanas recorriendo Uganda en coche, tierra de gorilas y fuente del río Nilo
2 de diciembre
Vuelvo a África con más nostalgia que nunca. Este año no ha sido bueno. Estoy cansada pero sobre todo tengo una terrible añoranza por no haber podido pisar hasta ahora este continente tan querido. Lo añoro desesperadamente.
Nunca he volado con Qatar Airlines. En este momento, volamos a Nairobi con transito en Doha. Desde Nairobi, mañana a primera hora, volaremos a Kampala (la capital de Uganda) para recorrer durante dos semanas este deseado país. Una tercera semana la dejamos para Kenia cumpliendo un deseo de Xaquín, comprar una cama swahili.
El año pasado, en Lamu (cerca de la frontera con Somalia) contemplamos como los artesanos tallaban amorosamente muebles swahilis. Xaquín se encapricho de una cama. La primera idea fue comprarla en Lamu pero luego pensamos que mejor en Mombasa (Kenia) y traerla en un barco a España. Las ocurrencias de Xaquín, en un primer momento, me ponen nerviosa porque significa diseñar todo un viaje en función de una cama swahili pero reconozco que si no tuviera esas ideas tan peregrinas, no sería él. Me he resignado a perder una semana en Uganda para buscar en Kenia la mítica cama.
El viaje ha sido estupendo con Qatar y la parada en Doha, curiosa. No he visto un aeropuerto más lujoso en toda mi vida. Las tiendas más suntuosas del mundo se concentran en su perímetro. La más absoluta exaltación al lujo y el derroche. Reconozco que no me interesa nada esa forma de entender la vida.
Camino de Kampala
3 de diciembre
Un avión de Kenia Airways nos lleva a Entebee, una pequeña ciudad cerca de Kampala. El vuelo no esta resultando complicado, apenas hora y cuarto. El paso de frontera ha sido rápido. El visado que traemos vale para Kenia, Uganda y Ruanda. Por fin, llegamos al Speke Hotel.
El Hotel Speke de Kampala
“Speke Hotel” lleva el nombre de John Hanning Speke, el primer europeo que descubrió la fuente del Nilo. Es uno de los hoteles mas antiguos de Uganda, construido en 1920. A lo largo de los años, a pesar de las numerosas renovaciones y mejoras, Speke Hotel ha conservado por entero su ambiente colonial.
Es evocador y decadente, ubicado en el corazón de la city. Un enorme y maravilloso cuadro de John Hanning Speke, ante el lago Victoria que ocupa casi toda la pared preside el amplio vestíbulo. En el otro extremo junto a una preciosa escalera de madera que sube a las habitaciones domina otro retrato del legendario explorador.
En la actualidad, el hotel está regentado por hindués. En Uganda, los hindués controlan más del 60 por cien de la economía ugandesa. Hay indios por todas partes, a pesar que durante la sangrienta dictadura de Idi Amin se los expulsó del país, acusándolos de corruptos.
Idi Amin Dada, el “carnicero de Uganda“
Idi Amín Dadá gobernó Uganda como un dictador de 1971 a 1979. Cuando finalmente fue derrocado dejó tras de sí más de 300.000 cadáveres, miseria y devastación. Sus atrocidades eran incontables: mostraba las ejecuciones en directo por televisión, mutiló el cadáver de una de sus esposas y no pagó por ello. Su gobierno dictatorial le ha llevado a ser denominado como «El carnicero de Uganda», pues está considerado uno de los déspotas más crueles de la Historia.
John Carlin describió de esta manera a Idi Amin:
(Tirano, excéntrico, hombre brutal y despiadado. El dictador ugandés Idi Amín exterminaba a los seres humanos con la misma facilidad con que un niño mata hormigas. Asesinó a 300.000 personas. La película ‘El último rey de Escocia’ recrea la vida de este Calígula africano.)
Que emoción contemplar los cuadros evocadores de Speke ante el gran lago.
Nos instalamos en una habitación preciosa con un balcón a un jardín. Estamos agotados pero tenemos que salir comprar una tarjeta sim para llamadas locales y datos. En más de treinta y tantas horas no hemos podido tumbarnos ni un solo rato.
En el primer sitio que nos han recomendado junto al Speke Hotel, cambiamos dinero. A continuación entramos en un negocio de telefonía (el primero que vemos) para registrarnos y obtener la tarjeta sim. Nos atiende una tipa entrada en años que con toda la pachorra, cachaza y parsimonia del mundo tarda mas de una hora en rellenar la documentación necesaria. La señora parece que se deleita, escruta y fotografía una y otra vez nuestros pasaportes ante nuestra cara de estupor. Cuando la poca paciencia que nos queda se encuentra al límite, nos da la tarjeta sim.
Después de pagar y comprobar que no tiene datos, el colega de la dama, un poco más hábil responde que su compañía telefónica solo tiene llamadas, que desastre, mejor no seguir haciendo nada más por hoy, estamos demasiado cansados para seguir metiendo la pata.
Luis, un amigo al que conocimos hace tres años en Etiopía nos llama por teléfono para invitarnos a tomar algo en una fiesta en la Embajada de Cuba, donde tienen montado un sarao hispano parlante. Hubiera estado divertido pero es imposible, estamos agotados.
Hace una noche estupenda para cenar en la enorme terraza del Speke Hotel entre la exuberante vegetación y dormir. Luis nos ha preparado en un bar cubano español un evento para mañana. Piensan proyectar nuestro documental “A golpe de trinchera“. Un documental centrado en la ciudad atrincherada de Maiduguri (Nigeria) sitiada por yihadistas de Boko Haran que hicimos hace tres años con un teléfono móvil.
https://vimeo.com/manage/videos/461279164
(Mañana será otro día) 4 de diciembre
A las ocho en punto viene hasta el hotel, Moses con un viejo Toyota 4*4 que hemos alquilado para recorrer Uganda y sus parques nacionales. No queremos repetir la experiencia de Zimbawe con un coche sencillo que nos las hizo pasar canutas al primer bache. Habrá que ver cómo nos apañamos manejando un 4*4 en una ciudad con el tráfico infernal de Kampala, además, de conducir por la izquierda. Una ciudad donde en cuestiones viales impera la ley del más fuerte. Moses es un tipo simpático y enrollado. Nos explica como cambiar la rueda, y algún otro detalle referente a seguridad, cerrar seguros, no parar nunca a nadie salvo militares y no conducir de noche. Me ha dejado la cabeza como un bombo.
Queremos hacer un reportaje sobre el ébola porque en Uganda hay un brote. Hemos intentado siempre aportar nuestro granito de arena, explicando la realidad de África, a pesar de que le interesa a muy poca gente, por lo menos en nuestro país donde cada uno se conforma con su pequeño o gran espacio de bienestar.
La llegada al pequeño bar cubano “El Encanto” donde nos vamos a reunir con los españoles y cubanos dando buena cuenta de una barbacoa se encuentra a dos kilómetros del Speke Hotel. Negociamos con un mototaxi para que nos haga de lazarillo porque no llevamos GPS en el 4*4 ni todavía datos en el móvil. Llegar al bar ha sido la prueba de fuego entre miles y miles de motos enloquecidas (y eso que hoy es domingo).
Entramos en el bar al borde del infarto, no hay ni un alma. Sara, la dueña del local nos viene a recibir. Es una española de Madrid que se vino a Kampala con su chico que es cubano. Parece ser que una fiesta dominical hindú es la causa de uno de los inagotables atascos de Kampala. Es lo normal en el día a día de esta ciudad.
Nos sentamos en la fantástica terraza de “El Encanto” desde donde se tiene una buena vista de la ciudad. Aquí se debe estar de maravilla cuando anochezca disfrutando de la magia de la noche africana con la suave brisa procedente del lago Victoria.
Kampala ciudad que enamora
Kampala a primera vista parece una ciudad fea y desgarbada pero a mi me parece preciosa. Decía Javier Reverte que a “Kampala hay que verla desde sus colinas”. También decía que “Kampala no crea un amor a primera vista pero que su humanidad acaba por enamorarte”.
Kampala es una ciudad bastante joven ya que la fundó hace poco más de un siglo un singular coronel inglés, Frederik Lugard, cuando ordenó construir un fuerte militar en una elevación o colina. La ciudad se extendió en todas direcciones, ocupó las colinas vecinas y creció sobre todo hacia el sur. Kampala es una ciudad bella llena de luz, humanidad, multitudes por todas partes, matatus en su populosa estación de autobuses y olor a especias, flores, estiercol y tierra húmeda y caliente.
La gente va llegando y Sara hace bien los deberes, nos va presentando uno a uno a todos los españoles, cubanos y demás que se acercan al bar para ver el documental “A golpe de trinchera”.
https://www.africaconflictosolvidados.com/documentales/
Empieza el goteo de compatriotas, la gente de “Médicos sin fronteras“, funcionarios, voluntarios de ong’s, un fantástico bombero que se ha detenido en Kampala durante sus vacaciones por Uganda para participar en varios proyectos, etc.
Llega Luis, un tipo estupendo y entrañable al que conocimos en Adis Abeba, generoso y siempre dispuesto a ayudar. Se va durante tres semanas a recorrer con su pequeña moto los países que rodean al lago Vitoria (Tanzania, Kenia, Uganda y también de paso Ruanda y Burundi). Se ha comprado una moto para desplazarse por Kampala y evitar el endemoniado tráfico de la ciudad.
También hemos conocido a Tony Espada que llegó al continente africano como fotógrafo y terminó siendo uno de los referentes del turismo sostenible para el mercado español. Diseña viajes por África que priman el contacto con las gentes y el conocimiento de la realidad local. Su empresa se llama “Rift Valley“. Se enamoró de Etiopía y aquí se quedo. Es un aventurero nato. Nos cuenta que durante el covid no le ha ido tan mal sobre todo en su sede de Tanzanía (John Magufuli, el presidente de Tanzania muerto por covid fue un negacionista de la pandemia que no permitió el cierre de empresas). Durante la pandemia y este último verano están desbordados. Es un tipo interesante y muy buen conversador.
La gente sigue llegando, presentaciones y saborear la barbacoa de carne espectacular macerada al estilo cubano que ha sido la sorpresa.
Siempre lo he pensado, África está llena de personajes, gente que no aburre, conversaciones que interesan, palabras que no lleva el viento, sino que se anidan en tu cerebro con mensajes, anécdotas y aprendizaje.
Todos han visto con mucha atención nuestro documental, cosa un tanto extraña porque ni nuestra propia familia ni amigos han mostrado nunca el más mínimo interés, salvo un, “me ha encantado” pero ni una reflexión, ni un cuestionar nada de nada.
El Festival de cine de Derechos Humanos de Barcelona, lo supo apreciar desde el principio, quedamos finalistas con “A golpe de trinchera“.
https://www.ccesv.org/evento/festival-de-cine-y-derechos-humanos-de-madrid-y-barcelona/
Ha sido una experiencia volverlo a ver con toda esta gente en la tarde de Kampala. Hemos tenido un debate tras el documental y nos han dado las tantas por el interés que ha despertado, gente ávida por conocer las dificultades que tuvimos al grabar en un sitio tan complicado como Maiduguri. Que diferente a nuestro país donde el continente negro importa poco salvo para hacer un par de fotos en un safari en Kenia. En la proyección del documental había gente de Médicos sin fronteras que nos han puesto al día sobre la situación del ébola, parece que el brote remite.
Queremos ir al epicentro pero no es tan fácil porque si no llevamos un permiso, nos pueden poner en cuarentena y eso ahora no nos lo podemos permitir.
Ha aparecido por “El Encanto” un médico palestino (aquí, las malas lenguas dicen que es el médico del presidente de Uganda, Yoweri Kaguta Museveni). Hemos charlado largo y tendido sobre Emiratos Árabes, Siria, etc. El tipo es interesante pero no deja meter baza, le gusta escucharse. Estudio medicina en Cuba, desde entonces ha estado en varios países trabajando. A ver si puede hacer algo para que nos dejen acercarnos al punto cero del ébola. Como siempre digo, África esta llena de tipos que tienen algo que contar.
Nos despedimos de todos estos extraordinarios expatriados y nos vamos en nuestro recién estrenado coche al hotel. El tráfico es caótico a cualquier hora.
5 diciembre 2022
Conducir en Kampala es como salir al ruedo en una plaza de toros, la ley de la selva, todo vale, sálvese quien pueda, cientos de miles de motos, bora bora, matatus, bicicletas, animales y peatones. No hay semáforos y si hay alguno, no se respeta. Requiere cierta preparación psicológica.
Kampala es diferente
Esta ciudad es bellísima, loca, viva, verde, exuberante, ruidosa y vibrante. Es cierto que todas las ciudades africanas me gustan, en todas, encuentro algo pero Kampala es diferente, se está ganando a pulso ser una de mis ciudades preferidas.
Hacer un reportaje sobre el ébola en Uganda, y en Kampala no es tarea fácil, las ong’s como “Médicos sin fronteras” con muy buenos modales, te mandan literalmente a la mierda. Al gobierno ugandés no le interesa nada hablar de este brote, lo que hace que tampoco se pongan “a tiro”. Uganda es un destino turístico de élite que desea ver gorilas. A los touroperadores les han cancelado sus reservas porque la palabra ébola causa alarma y miedo.
Una de las cosas que más me han sorprendido en África han sido las ONGs. Nos acercamos a la sede de MSF en Kampala que no es tarea fácil por el infernal tráfico de la ciudad. Tras un tiempo prudencial, viene a buscarnos Borrie, un sudafricano de ojos azules, barba de monje pelirroja y aspecto alternativo. Tras escuchar nuestras peticiones (llevarnos al epicentro del brote e información) exquisitamente nos dice que esta misma tarde nos dirá algo. Todavía estamos esperando. Dos días después, envía un correo para decir que no tiene ninguna información que dar ya que el brote remite. En Maiduguri ya sufrimos su inestimable ayuda en carne propia. Una ciudad rodeada de yihadistas, extremadamente peligrosa y no fueron capaces siquiera de dejarnos dormir en su fantástico bunker compartido con otras ONGs.
Llamamos a todos los contactos que hemos conseguido gestionando reuniones. Nos acercaremos esta tarde noche a “El Encanto” para ver el partido de la Copa del Mundo, juega España contra Marruecos.
Todo el mundo lleva la camiseta de la selección. Aprovechamos el partido para hablar con la gente de UNICEF, ONU, MSF, etc. Luis nos introduce a la gente que nos falta por conocer. Es un tipo cercano y afectuoso.
Mientras la gente sufre con la selección, se me ha acercado Jules, un médico cubano que acaba de llegar a Kampala. Aprovechó un permiso por vacaciones para no volver aunque su mujer y su hijo siguen en la Habana, y espera traerlos pronto. Al principio, su conversación sobre la situación de su país me interesa pero enseguida desconecto. Es un plomo, como ve que no le doy carrete, me muestra en su móvil, un tumor que ha operado ésta misma mañana a una mujer, lo que me faltaba. Dice que lo quiere publicar como artículo ciéntífico.
Para una mitómana de la exploración en África, el Hotel Speke es absolutamente evocador, a cada paso te encuentras con las fabulosas escenas del mítico descubridor. Hay una escena en particular que me encanta, Samuel y Florence Baker se encuentran con John Speke y James Grant en Gondokoro en 1863. Este momento también esta recogido en el Speke Hotel.
https://sonsolesmeana.com/los-baker-en-khartoum-jartum-sudan/
Nuestra habitación en el Speke Hotel es perfecta con una amplia ventana y un escritorio para trabajar, además de una pequeña terraza. Hemos descubierto “Mediterranean restaurant“, precioso con una cocina exquisita relativamente cerca del Speke.
(Estos días son para trabajar, entrevistas, encuentros, contactos y recopilar información.
Nos vamos a acercar al colegio donde se produjo el primer caso de ébola en Kampala, la escuela God’s Will al sur de la ciudad. Un niño de doce años llego enfermo del cole contagiando a su madre. Cuando ambos fueron diagnosticados ya era tarde. Los ingresaron en los centros de internamiento muriendo ambos unos días más tarde. Las autoridades se pusieron las pilas para detener la infección en la capital. Hemos localizado al director del colegio y al padre del chico.
Entrevistamos al padre. Procuro mantener las distancias evitando jugarme la vida. A Xaquín, le da igual, pasea por el patio, recorre las aulas. La entrevista con el padre (que hasta ahora no ha logrado ningún medio) la hemos conseguido. Esto es África donde lo que parece muy complicado, se convierte en algo espontaneo y sencillo y viceversa. Al finalizar la entrevista me dice Xaquin apenado que lo único que siente es no haberle podido dar un fuerte abrazo a este pobre hombre que acaba de perder a su mujer y a su hijo por ébola.
Recorrer a la aventura Uganda es un regalo para el viajero
África no podría comprenderse sin el Nilo y a Uganda le cabe la gloria de albergar en su territorio la bomba de ese enorme caudal que es el gran río. Nace en las orillas septentrionales del lago Victoria, a menos de cien kilómetros de Kampala viajando más de seis mil kilómetros hasta el mar Mediterráneo.
El Nilo es un río legendario y ha ocupado, durante siglos, un lugar de honor en los sueños de los hombres. Desde los inicios de la civilización, militares y exploradores estuvieron obsesionados por su origen. Los egipcios lo consideraban sagrado, concediéndole rango de dios. Herodoto navegó sus aguas. Tolomeo lo llamó el padre de los ríos y mil setecientos años antes de que Speke descubriera su nacimiento trazó un mapa según el cual, el Nilo nacía en dos grandes lagos, en la que se vertía el agua del deshielo de las nieves de una cordillera de elevadas alturas, a la que bautizó como “Montañas de la Luna”.
El mapa durante siglos fue considerado como fantástico hasta que los exploradores comprobaron que aquellos dos grandes lagos existían y los llamaron Victoría y Alberto. La cordillera de donde recibía el caudal también conservó su nombre “Montañas de la Luna”
Encontrar las fuentes del Nilo
Richard Francis Burton y John Haning Speke eran dos oficiales británicos que compartían el mismo sueño: las fuentes del Nilo. El río marcó sus biografías y fué la causa de una de las más agrías y tristes disputas en la historia de los descubrimientos.
Richard Burton y John Speke locos por encontrar las fuentes del Nilo
Uganda es un país que deja huella, un país fácil, cómodo y muy bello. Los ugandeses son amables y acogedores. No he visto ni una mala cara, sólo gente deseando agradar. Hay buenos hoteles y restaurantes. Ni un solo día hemos comido mal. En ningún momento hemos sentido inseguridad, es un país muy seguro. No hay apenas turismo y está lleno de lugares increíbles. Uganda es uno de los mejores destinos para nostálgicos de la exploración africana, aquí puedes ver, oler, palpar y sentir lo que contemplaron, y experimentaron los exploradores victorianos ante la inmensidad de las fuentes del Nilo. Uganda te convierte en un ávido sabueso que sigue ansioso y anhelante las huellas de Speke, Samuel Baker, Florence y tantos otros.
Este país es absolutamente precioso. Recuerda la belleza de Mozambique y también la exuberancia de la isla de Bioko en Guinea Ecuatorial. “La perla de África”, fue la definición que hizo Winston Churchill de Uganda.
Uganda un país que funciona
Uganda es un país que funciona bien, los autobuses (matatus) llegan a su hora. El desayuno a la hora concertada, las gasolineras, carreteras todo funciona. Hasta una enfermedad como el ébola (que se descontroló en Guinea Konakry, Liberia y en Sierra Leona) aquí se está controlando. La gente habla bien de la ministra ugandesa de sanidad, buena y eficaz, una doctora, una técnica igualita que la de Guinea Bissau cuando unos compatriotas españoles nos contaron que su hospital había recibido dos alternadores que se había quedado sin ningún pudor la ministra para su vivienda particular.
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