Angola, el descubrimiento del coloso

Angola, el descubrimiento del coloso

4 de agosto

Aunque no es el mejor mes para viajar agosto, por fin, viajo a Angola. Le tenía muchas ganas al gran coloso de 18 provincias, alguna de ellas, tres veces Portugal. Volamos con Air Maroc con enlace en Casablanca. Durante el vuelo hemos conocido a Susana, una médica de Salamanca que hace tres semanas visitó por primera vez El Cairo. Le ha horrorizado. A veces, me resulta complicado no asociar a la gente en función de la percepción de esta increíble ciudad que me fascinó a primera vista. Pienso que nunca podremos entender y percibir las cosas de la misma manera. Si no tienes una mirada preparada para sentir El Cairo es imposible que te atrape el África negra. Susana va a visitar a una compañera de carrera de origen marroquí que ahora trabaja en Agadir.

Mujer de grupo tribal del sur de Angola

Conocer un nuevo país como Angola significa comprender y entender su historia que determina el carácter de su gente. Me apasiona la historia y este gigante no puede ser más interesante. Un pasado beligerante y de guerra hasta el año 2002. En la universidad siempre quedaba pendiente estudiar la historia de los países africanos. La excusa siempre la misma, África ya la estudiareis el año que viene.

Una pareja conversa en una calle de Benguela Angola

Nos avisan que nuestro vuelo Casablanca Luanda va a hacer una escala no prevista en Lomé (Togo). No hay viajeros para un avión grande y uno pequeño necesita escala para repostar. Tenemos que atravesar los dos Congos. El vuelo ha sido bueno durmiendo casi todo el viaje. Hemos cogido el primer taxi para llegar lo antes posible a Casas de Luanda donde nos vamos a hospedar dos días, una recomendación de nuestro gran amigo Alberto.

Joaquín, nuestro chofer para los dos días que vamos a estar en Luanda antes de introducirnos en el país es serio, servicial, educado, amable y responsable con su trabajo, le gusta proponer y aportar. Tiene iniciativa, es de esas personas que tienen un halo de autoridad que te llevaría al fin del mundo. Es mucho más que un driver gestiona y resuelve. Un lujo tener a este hombre que se convertirá para siempre en uno de esos amigos que te regala África.

Joaquín en Luanda con nosotros

En cuanto conoces Luanda, te das cuenta que de que estás jugando en otra liga y que tiene otro nivel comparada con otras ciudades africanas. En el mismo avión a Luanda es fácil encontrarte con bolsos de marca y angolanas vestidas en las mejores tiendas de Lisboa, París y Londres. Hay petróleo, diamantes y grandes diferencias sociales.

La consultora Mercer Management Consulting” en una investigación de 2017 sobre 209 ciudades en los cinco continentes declaró a Luanda la ciudad más cara del mundo siendo Hong Kong, la segunda, Tokio la tercera y Zurich la cuarta.

Al salir de España no caímos en la cuenta de que en Angola el mes de agosto es INVIERNO. Lo llaman “Cachimbo”. Como era de esperar solo hemos traído unas cazadoras vaqueras y nos vamos a congelar sobre todo en la zona de desierto donde las temperaturas pueden caer hasta 20 grados por la noche. No hemos traído ni un solo jersey. Esta claro que sobran los pantalones cortos y los polos.

En Luanda las calles están asfaltadas y no hay agujeros donde meter el pie, algo tan habitual en los países africanos. Luanda está lleno de restaurantes, grandes supermercados y tiendas.

Luanda Angola

Junto a las Casas de Luanda donde nos hospedamos, se encuentra el Museo Nacional de Historia Natural. Es sábado y está cerrado. Joaquín consigue que lo abran para nosotros y poder disfrutar de esta maravilla. Es un museo que muestra la flora y la fauna de Angola. Un lugar encantador y curioso si no te importa ver animales disecados.

En Luanda descansan los esqueletos de algunos barcos desguazados

Barcos abandonados en Luanda Angola

En alguna zona de Luanda se abandonan viejos barcos lo que convierte algunos lugares en auténticos cementerios marinos

A Ilha do Cabo

Ilha do Cabo, más conocida como La Isla de Luanda es un cordón litoral que se encuentra frente a Luanda. Una estrecha lengua de tierra de 7 km de largo que separa Luanda del Océano Atlántico formando su bahía.

Se comunica con Luanda por un pequeño istmo que nace en la Fortaleza de São Miguel.

A Ilha do Cabo tiene un ambiente fantástico sobre todo al caer la tarde lleno de restaurantes, gente paseando o haciendo deporte. En Luanda, la gente hace mucho deporte, lo que indica el nivel de vida de la ciudad.

Peixe do caboes el restaurante que hemos elegido para cenar. Puedes elegir el pescado y lo cocinan sobre la marcha, imposible más fresco y más rico.

La Isla de Mussulo, o la Isla de Massula es una pequeña isla a diez minutos en barco con playas de arena dorada, chiringuitos donde tomar algo y un sinfín de posibilidades para disfrutar de la belleza de este país justo enfrente de Luanda.

Illa de Musulu Angola

Me está sorprendiendo Luanda. Es una ciudad bonita con océano por todas partes. Es domingo y la ciudad está tranquila. Joaquín dice que a diario hay mucho tráfico. Me recuerda a Maputo con ese aire portugués antes de que se la cargasen los chinos demoliendo cualquier vestigio del pasado y haciendo terribles edificios.

Maputo era un ciudad pequeña, deliciosa, encantadora y provinciana. Sin embargo, Luanda, también llamada “El Paris de África” es una urbe mucho más extensa e inabarcable, que ha tenido una fuerte devaluación de la moneda haciendo que ya no sea la ciudad cara del 2017 sino todo lo contrario.

“La Fortaleza de São Miguel”

Fortaleza de San Miguel Luanda Angola

“La Fortaleza de São Miguel” de Luanda fue construida por los portugueses. En su solar se construyó la primera fortificación de Luanda, un fuerte que recibió el nombre de Fuerte de São Paulo de Luanda. Ahora es la sede del “Museo Nacional de Historia Militar” de Angola. Se encuentra muy cerca del puente que conecta la Isla de Luanda con el continente. Es una fortaleza fantástica, un reducto de la historia beligerante y sangrienta de este país. Puedes ver todo y de todo. Sus azulejos azules de estilo portugués tienen más de 300 años con escenas de la historia del continente negro, además de todo tipo de armamento de guerra.

Los azulejos forman parte del legado histórico-artístico de Portugal y es que los musulmanes los trajeron a la península ibérica cuando la conquistaron en el año 711 y Portugal los adoptó a partir del siglo XV para decorar los suelos y paredes de los castillos y palacios de los reyes.

Azulejos en el interior de “La Fortaleza de São Miguel” Luanda, Angola

Agustiño Neto “La Fortaleza de São Miguel” Luanda, Angola

Una gran sala presenta la descolonización sangrienta de Angola con fotografías maravillosas de Agustiño Neto, Fidel Castro y un largo elenco de personajes, etc. Un interesante paseo por el pasado del coloso africano. El coche que utilizó Neto, su barco de recreo y hasta el tanque que lo trajo desde la URSS donde murió hasta su país hace que esta visita sea inolvidable.

Fortaleza Sao Miguel Museo Nacional de la Historia Militar de Luanda Angola

La sangrienta guerra de Angola

Poco después de consumarse la independencia de las colonias portuguesas de África en 1975, Angola se internó en una larga y violenta guerra civil involucrada en la Guerra Fría, en la que Estados Unidos y sus aliados, a la cabeza del bloque capitalista, se disputaban el control de distintas zonas del mundo con la URSS y sus aliados, que lideraban el bloque comunista.

Batalla de Cuito Carnavale Angola

La Guerra Civil Angoleña es uno de los escenarios más complicados de comprender en la historia contemporánea de África por la multiplicidad de actores e intereses que se vieron envueltos.

Angola, como otras colonias portuguesas, alcanzó la independencia inesperadamente tras la Revolución de los Claveles que derrocó al dictador portugués António de Oliveira Salazar en Lisboa en 1974. No obstante, las tres guerrillas que lucharon por la independencia (MPLA, FNLA y UNITA) seguían compitiendo entre sí por el poder por razones étnicas y políticas.

La inestabilidad provocada por el vacío de poder de la atropellada independencia dio pie a que estos tres frentes se siguieran enfrentando entre sí con sus distintos aliados.

Además en 1975 la dinámica de la ‘guerra fría’ supuso la intervención inmediata en el conflicto de la URSS y los Estados Unidos, a través de sus respectivos aliados geográficos (Cuba por parte de la URSS, Sudáfrica por parte de los Estados Unidos).

No hay que olvidar que Angola es un país con diamantes, petróleo, pesca…etc, cuya abundancia a veces es también causa de su destrucción. Y así en 1975 la guerra de independencia se transformó súbitamente en una guerra civil brutal y cruenta, que durante décadas ensangrentó a varias generaciones de angoleños e hipotecó el futuro del país durante varios años.

La intervención militar extranjera empezó a disminuir hacía 1988, tras la Batalla de Cuito Cuanavale, en la que la UNITA y Sudáfrica atacaron las bases del MPLA combatiendo contra sus aliados cubanos. Tanto Cuba como Sudáfrica y Angola firmaron acuerdos de paz y no intervención con los Acuerdos de Nueva York.

A pesar de ello, los pequeños e inestables periodos de paz no terminaron con la Guerra Civil Angoleña, que culminó en el 2002, tras la muerte de Jonas Savimbi (militar angoleño, fundador de UNITA) en febrero de 2002 a manos de tropas enemigas. Hasta entonces, incluso con el fin de la Guerra Fría en 1991, las intervenciones militares y de inteligencia tanto de Estados Unidos como de Europa del Este y Rusia no pararon.

El conflicto, que duró 27 años, llamó la atención de varios países alrededor del mundo, que de forma más discreta se involucraron a través de relaciones humanitarias, de negocios, militares o diplomáticas. La guerra dejó una profunda cicatriz en la historia de Angola, que hasta la fecha padece los estragos sociales, políticos y económicos de su pasado reciente.

Desde La Fortaleza de São Miguel hay una vista fantástica de la bahía de Luanda.

Bahia de Luanda Angola

“El Museu Nacional da Escravatura” o museo de la esclavitud”

“El Museu Nacional da Escravatura” o museo de la esclavitud” Luanda, Angola

Creado en 1997 se localiza en el Morro da Cruz, en Luanda. Ocupa lo que fue la Capilla de la Casa Grande, un templo del siglo XVII donde los esclavos eran bautizados antes de embarcar en los barcos negreros rumbo a América. Angola fue un centro muy importante de esclavos. Por la puerta de atrás aparece Fredy para guiarnos por el museo. Cuenta que no se sacó la plaza de funcionario autorizado para el museo pero que se apaña con pegarse a los viajeros que llegan hasta aquí, soltando una letanía aprendida, sin mucho interés por su parte a cambio de unos cuantos kuanzas.

El museo expone algunas piezas utilizadas por los negreros. Salvo el edificio y la playa que hay al lado (lugar desde donde salían los esclavos hacía su cautiverio en Brasil), me esperaba algo más. Desde Angola se cree que partieron de manos de traficantes portugueses unos 4.000.000 de personas convirtiéndose este negocio en el gran tesoro comercial portugués.

Empieza nuestro periplo recorriendo el país y nos vamos hacía Cabo Ledo en la costa angolana pero antes hay que recoger nuestro coche alquilado. Joaquín nos acompaña, así son los angolanos, para él, estamos en su país y se considera nuestro ángel custodio. El rent a car se encuentra lejos, en un barrio periférico de Luanda. Xaquín y yo no lo hubiéramos encontrado ni dedicando toda la vida a ello.

A Joaquín, el coche que habíamos reservado desde Madrid no le gusta prefiere una pickup para atravesar el país. Como nuestra confianza en Joaquín a estas alturas ya es ciega, aceptamos la sugerencia. Un coche fantástico, estable y seguro. Nos despedimos de nuestro nuevo ángel de la guardia y amigo que nos deja entre abrazos en la salida hacía Cabo Ledo como el más entregado de los padres, un ejemplo más del carácter del angoleño, africanos de África, amigos para siempre.

Nuestra Pickup para recorrer Angola

Miradouro da Lua

Miradouro de Lua Angola

De camino a Cabo Ledo, a unos sesenta kilómetros al sur de Luanda, nos encontramos el Miradouro de Lua, un magnífico mirador sobre un cañón que recuerda el paisaje lunar, con acantilados que acaban desplomándose sobre el Atlántico. Es un paisaje extraterrestre, multicolor, excavado durante millones de años por la erosión del viento y la lluvia, Se ha convertido en uno de los lugares icónicos si viajas a Angola, un paisaje que te deja sin habla.

Miradouro de Lua Angola

Cabo Ledo

Cabo Ledo es otro de los enclaves más bellos de la costa de Angola. Es un pueblo de pescadores con playas vírgenes junto a preciosos acantilados.

Playa de Cabo Ledo Angola

En Cabo Ledo se encuentra la famosa “Playa de los surfistas“, una playa donde vienen surfistas de todo el mundo para practicar este deporte. Es una de las playas más conocidas de Angola.   

Un surfista en la playa de los surfistas en Cabo Ledo Angola

Nos vamos a quedar en “Carpe Diem“, el mejor resort en Cabo Ledo, absolutamente fantástico. Tiene bungalows, cabañas y terreno para acampar en un entorno a la orilla del mar. No llevamos nada reservado pero nos han dado un quarto o bungalow. 

Carpe Diem el mejor alojamiento en Cabo Ledo Angola

Es un lugar idílico para dejarte llevar, leer, escribir o simplemente disfrutar. Varios pavos reales extendiendo sus fantásticos plumajes se pasean entre los bungalows con un aire altanero dejándote claro quién es el amo en Carpe Diem.

Unos chicos en la playa de Cabo Ledo Angola

Los visitantes de Carpe Diem generalmente son surfistas porque en Angola no hay turismo salvo el local, algún expatriado que viene con la familia de Luanda y Xaquín y yo, los únicos turistas europeos que hemos visto por Angola. El lodge tiene una atención impecable, no das un paso sin que vengan a preguntarte si necesitas alguna cosa. Es un lugar maravilloso donde además, se come muy bien. 

Cabo Ledo pescadores Angola

Junto al lodge de Carpe Diem hay una playa llena de barcas y pescadores que recogen redes, arreglan y pintan las barcazas, los hombres miran ensimismados el mar mientras organizan los aparejos y las mujeres clasifican el pescado, etc. Es un placer observar como los cayucos salen al caer la tarde para volver al amanecer cargados de peces. Es un pueblo de mar. 

Cabo Ledo campamento de pescadores

Observar las acrobacias de los mejores surfistas del mundo es otro de los entretenimientos de Carpe Diem en un Atlántico brutal. Los desayunos fantásticos y comer pescados de sabor olvidado es otra de las delicias de este lugar.

Cabo Ledo se encuentra situado dentro de uno de los parques nacionales más importantes del país, “El Quissama NP“. Antes de seguir la ruta por el país, vamos a hacer una visita al parque.

Quissama National Park

El parque Nacional de Quissama (también escrito como Quiçama y Kissama) es el parque nacional más grande del país. Declarado como tal en 1957, es una enorme franja de sabana costera atravesada por dos ríos. En su superficie hay además, numerosas lagunas. Alberga elefantes, jirafas, búfalos, antílopes, además, en la costa se pueden observar ballenas, delfines y tortugas.

Su historia ha sido cruenta tanto por la caza furtiva como por la guerra. Durante la contienda murieron gran parte de sus animales. Quissama es un lugar de gran importancia para la conservación de la vida silvestre de Angola y de África. El parque está siendo recuperado de los graves daños durante la guerra con varios proyectos de recuperación de fauna salvaje. Se está repoblando con animales procedentes de Zambia, Botswana y Sudáfrica.

Un ñu en Quissama National Park Angola

Se puede acceder al Parque Nacional de Quissama de seis de la mañana a seis de la tarde.

Entrada al Quissama National Park Angola

En la puerta nos cobran diez euros al cambio. El guarda nos anuncia que en 40 km nos encontraremos un campamento con otro guía que nos acompañará durante el recorrido por el parque. Hemos conocido numerosas reservas y parques de África pero con Quissama no tengo muchas expectativas ya que la guerra hizo estragos con la fauna. 

Pistas de Quissama National Park Angola

La pickup se está portando como una campeona por las pistas. Llegamos al campamento que están rehabilitando con varios bungalows de madera, un restaurante, y unas vistas fantásticas.

Hemos visto algún ñu, búfalos, gacelas y poco más. El guía que nos han adjudicado está más ocupado en revisar sus whasaps que en localizar fauna, así que damos por finalizado el recorrido para desayunar en Carpe Diem y ponernos en ruta hacía Lobito (nuestra segunda etapa del viaje) doscientos km al parecer de buena carretera.

Angola tiene un grave problema de desabastecimiento de carburante de lo que ya nos alertó Joaquín, nuestro driver y amigo en Luanda. Literalmente nos dijo:

“Si encuentras una gasolinera en la ruta aunque el depósito del coche lo tengas casi lleno, reposta porque es posible que no tengas otra oportunidad”.

A la salida de Quissama hemos querido repostar y no había gasoil.

Lobito y Benguela

Estas dos ciudades se encuentran ubicadas en el Oceáno Atlántico muy cerca una de la otra formando un núcleo muy interesante para visitar. Además de su pasado colonial, sus playas son de las más bellas de Angola.

Lobito es una ciudad portuaria situada en la costa atlántica. Con su rica historia y ubicación estratégica, Lobito ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de Angola y de la región en su conjunto.

Una casa colonial de Lobito Angola

La historia de Lobito comenzó con la llegada de los exploradores portugueses a fines del siglo XV que establecieron un puesto comercial en la zona, centrado principalmente en el comercio de esclavos y márfil. A lo largo del siglo XIX y principios del XX, Lobito experimentó un importante crecimiento debido a su ventajosa posición geográfica. El puerto natural favoreció la afluencia de comerciantes y colonos europeos.

Sede del MPL en Lobito (Angola)

La población de Lobito ha variado a lo largo del tiempo. A principios del siglo XX, Lobito tenía una población relativamente pequeña, compuesta principalmente por colonos europeos, trabajadores africanos y una amplia gama de grupos étnicos. Sin embargo, la construcción del Ferrocarril de Benguela a principios del siglo XX, que conectaba Lobito con el interior de Angola y los países vecinos, provocó un rápido aumento de la población.

Casa colonial abandonada en Lobito

Lobito desempeñó un papel fundamental en la lucha armada contra el dominio colonial portugués, y muchos lugareños se unieron a las fuerzas de liberación y contribuyeron a la eventual liberación de Angola en 1975.

Tras la independencia, Lobito se enfrentó al desafío de la reconstrucción nacional aumentando su población con inmigrantes que llegaban en busca de nuevas posibilidades.

La ciudad tiene dos partes diferenciadas, la “Illa de Resinga” y la otra, la propia ciudad de Lobito. La Illa de Resigna es donde se concentran las preciosas casas coloniales portuguesas a lo largo de unos pocos kilómetros. Son absolutamente fantásticas. Nos instalamos en una de ellas, “La Casa Rosa“, un precioso casón portugués, rehabilitado pintado de rosa. Tiene buen precio pero el océano solo se ve de refilón.

La Casa Rosa en Lobito Angola

La otra parte de la ciudad de Lobito es por donde se ha ido extendiendo esta polvorienta y caótica ciudad.

Lobito Angola desde la Illa de Restinga

La pastelería de doña Aurea

Doña Aurea es todo un referente en Lobito. Lo dice la gente hospitalaria y acogedora que encuentras en sus calles. Han dejado claro que es imposible abandonar Lobito sin acercarse a conocer la pastelería de Doña Aurea y probar sus pasteles.

Doña Aurea ya ha muerto pero siguen con el negocio sus hijos y nietos. Entrar en su pastelería es reencontrarte con otro tiempo con sus estanterías y vitrinas refrigeradas ancladas en el pasado, bollos recién horneados con distintas texturas, bizcochos, soletas, pasteles de nata, mantequilla y chocolate, caracolas, merengues, hojaldres y pasteles de Belem, un elenco de sabores olvidados. La pastelería atendida por camareros uniformados, rápidos y serviciales y una clientela que entra y sale sin dejar libre ni una de las mesas del local.

Pastelería de Doña Aurea Lobito Angola

La hija de doña Aurea supervisa desde la cocina a la sala echando un vistazo mal disimulado al personal. En este local, todo el mundo conoce sus obligaciones. Hay quien dice que Doña Aurea no cerró durante la guerra, otros, sin embargo, apuntan a que echó el cierre durante un tiempo escondiéndose en algún lugar de Angola con su familia a la espera de mejores tiempos.

Hemos cenado un mero acompañado de vino portugués.

Mañana viernes, nos vamos a Benguela

Benguela es una preciosa ciudad costera muy cerca de Lobito de maravillosas playas rodeadas de hermosos paisajes naturales.

Benguela como Lobito tienen una larga historia que se refleja en museos y monumentos, el Museo Nacional de Arqueología o la Fortaleza de São Filipe. Desde la Ponta de Sombreiro se pueden ver unas fantásticas vistas de la ciudad. La Bahia Azul es la zona más turística y Playa Morena es una de las playas mas bonitas del país ubicada en la misma ciudad. Sin olvidarse de la Iglesia de Nossa Senhora do Pópulo construída a mediados del siglo XVII que además, es monumento histórico nacional.

Iglesia de Nossa Senhora do Pópulo Benguela Angola

Benguela fue el primer asentamiento portugués en la costa atlántica angoleña. Como la ciudad tenía muchos mosquitos lo que la hacía muy insalubre se trasladaron a Lobito.

La esclavitud en Angola existió desde finales del siglo XV cuando llegaron los portugueses. A final del siglo XVI, fundaron el asentamiento fortificado de Luanda, y más tarde puestos comerciales y fortalezas menores en el Río Cuanza, así como en la costa atlántica, Benguela y Lobito. Durante este primer periodo, las personas esclavizadas fueron trasladadas a Brasil y, posteriormente, al Caribe y Río de la Plata. El tráfico de esclavos fue abolido en 1836 por las autoridades portuguesas.

Una casa colonial portuguesa en Benguela Angola

Complicado encontrar un hotel bonito en Benguela. No ha quedado otra que elegir el “Hotel Playa Morena“, moderno y sin sabor, ese tipo de hoteles que no me gustan pero ubicado en el centro de la ciudad.

Parte de la ciudad tiene un aspecto de abandono como si los portugueses hubieran salido por pies de allí. Una urbe llena de edificios preciosos coloniales que como en Lobito están abandonados y los que han tenido más suerte, rehabilitados.

Nos hemos acercado a conocer Playa Morena desde donde salieron la mayor parte de esclavos hacía Brasil

Praia Morena en Benguela Angola

Praia Morena es una de las playas más bonitas de Angola situada en la misma ciudad de Benguela con un ambiente fantástico. A lo largo de la playa hay multitud de puestos vendiendo de todo, restaurantes, chiringuitos pero sobre todo también, gente paseando y haciendo deporte.

Hemos elegido un restaurante al aire libre con música de disk jockey. Es viernes y hay ganas de bailar. La gente que viene aquí a cenar se acerca meneando las caderas al son de la música que lo embarga todo. Rik pincha las canciones mientras el personal estira su birra todo lo que puede tatareando cada una de ellas, se las conocen todas.

Rik, nuestro amigo en Benguela

Hemos cenado como siempre se cena en Angola, pescados de sabores olvidados y además, hecho amigos con todas las mesas. Rik se ha empeñado en que suba a pinchar la música con él. Así es Angola, así es el angolano, la gente más hospitalaria que he conocido en África.

La libertad de viajar a tu aire

La libertad de viajar en tu coche y decidir sobre la marcha la ruta con el mapa en las piernas no tiene precio. El viaje a Angola lo habíamos diseñado pensando en llevar chofer pero nos costaba un ojo de la cara.

En un principio nos daba un poco de respeto, viajar solos hasta el corazón del Angola más profundo. Ha sido un gran acierto, eso si, hemos aprendido la lección, imprescindible llevar un buen coche. Gran parte del presupuesto para la pickup (4 por 4). Lo bueno es que el combustible en Angola es muy barato. Para recorrer este país en coche se necesita un buen tanque que te pueda sacar de apuros. Hay muchos sitios inaccesibles, playas y desierto que sin un vehículo como este son imposibles de alcanzar.

Sierra de Leba Lubango Angola

Además, la libertad de parar donde quieres, detenerte a comer algo o a coger una cerveza para seguir el camino no se paga con dinero. Es mi forma de viajar y no lo sé hacer de otra forma. Significa libertad.

Había escuchado que la policía te podía parar dando la lata. En Madrid renovamos el carnet de conducir internacional para llevar todo en regla, sin embargo, no nos ha parado nadie. Pasamos controles, saludamos al pasar y todo lo más que hacen los policías es desearnos muy buen día. Incluso hoy nos han ayudado a bajar la presión de las ruedas para poder llegar a una playa, la única manera de que el coche no se quedara clavado en la arena.

Este país es absolutamente maravilloso

La próxima etapa recorriendo en coche Angola serán Namibe, el desierto de Namib y Lubango

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