La evocadora e inolvidable Mombasa
(Continuación de El gran lago Victoria, el sueño de los nostálgicos
Un viaje de 24 días por Kenia, cuarta parte
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18 de septiembre
Un viaje de 24 días por Kenia, quinta parte
Hemos cogido desde Kisumu, un vuelo de una compañia que mejor no me lo pienso que se llama “Jambojet.com“.
No me gusta volar en compañías del tipo “pongo los pelos de punta” pero este país es grande y perderíamos un día de coche, llegando agotados y en Kenia, volar no es caro.
Así que me echo la manta a la cabeza y aquí estoy subida a un “Dash 8 Q-400” con hélices surcando el cielo africano. En realidad, no es más que un pequeño autobús con alas. Voy controlando de momento la situación aunque en cualquier momento puedo entrar en pánico. Leo, escribo, veo fotos y el viaje va pasando tranquilamente, por decir algo.
Mombasa, el gran puerto de África
Le tenemos ganas a la gran Mombasa, ciudad antigua, multicultural, marítima, portuaria, histórica, gran puerto africano, el tren lunático, confluencia de culturas, árabe, india y swahili. El resto del tiempo que nos queda de este maravilloso viaje, lo vamos a disfrutar en la costa del Índico.
Mombasa es la segunda mayor ciudad keniana tras la capital, Nairobi, además de ser el principal puerto de África oriental. Se encuentra sobre una isla a orillas del océano Índico, pero está conectada a tierra por diversos puentes, habiéndose extendido por el continente.
La ciudad está ocupada principalmente por musulmanes y población swahili. En el transcurso de los siglos han sido muchos los inmigrantes y los comerciantes que se han asentado en la ciudad, procedentes de Persia, Oriente Medio, Somalia e India. Llegaron como comerciantes y artesanos y sus descendientes tras cuatro o cinco generaciones siguen contribuyendo a la economía de la ciudad.
El nombre original de esta ciudad en árabe es “Manbasa“; en swahili, “Kisiwa Cha Mvita” (o Mvita), que significa “Isla de la Guerra”
Ya conocemos la costa del Indico en Mozambique y es lo más hermoso que he visto en mi vida. También la parte del Indico sudafricano y es inigualable. Ahora toca dejarse caer por la costa del Indico keniata. De vuelta a Nairobi cogeremos el avión a Madrid.
El taxi nos lleva al hotel que hemos elegido, “Sentrim Castle Royal Hotel-Mombasa“, uno de los hoteles más antiguos de la ciudad. La fachada es espectacular y su gran terraza a la calle, conserva el sabor de finales del siglo XIX. Nada más entrar te das cuenta de que salvo eso, no tiene más. Es carísimo, la habitación que nos han dado es muy básica y hace un calor insoportable, además, la atención deja bastante que desear.
Mombasa supera cualquier expectativa
Desde que hemos pisado esta ciudad, se nos ha puesto cara de idiotas. Mombasa es una locura. Tenía expectativas pero las supera con creces. Una ciudad vibrante, populosa, multicultural, viva y llena de color.
El tuk tuk es el transporte habitual de la ciudad. Tuk tuk (en lenguaje coloquial) también conocido como tuctuc, mototaxi es un vehículo triciclo motorizado. Las pequeñas motos pitan rabiosas llamando la atención de peatones y transeúntes. Como los matatus (autobuses) de Nairobi, los tuk tuk de Mombasa están decorados con vibrantes colores y dibujos que otorgan una nota genuina a la ciudad.
Mombasa además, conserva la atmósfera colonial llena de edificios de principio de siglo y mucha arquitectura swahili. Sus blancas casas me hacen evocar la bellísima ciudad de Árgel. El barrio musulmán y el viejo Mombasa son fantásticos. Parece un sueño que se hayan podido conservar ignorando el tiempo.
Hace mucho más calor que en el resto de Kenia. Aquí se nota la humedad del Indico. La vieja Mombasa se encuentra en una isla, así que se ve océano por todas partes.
El viejo Mombasa
Mombasa es una ciudad antigua que conserva un fantástico casco antiguo.
Este casco histórico es un amasijo de callejuelas estrechas entre las que conviven también edificios blancos y mezquitas impresionantes que datan de comienzos del siglo XIX. Es muy fácil perderse entre sus callejas llenas de arquitectura swahili, tiendas de curiosidades, panaderías, mercados y restaurantes.
Las callejas están repletas de pequeños comercios y de olor a comida recién hecha. El aroma del curry te envuelve en cada esquina. Es el sabor de los que comercian con especias. Las fragancias de exquisitos tés especiados con sabor a flores hechizan y seducen cada momento.
Mujeres enfundadas en sus negros burkas de los pies a la cabeza hablan por el móvil, vendedores de plátanos, tiendas de especias, carretillas que arrastran mercancías y no te arrollan de milagro, hombres que llevan a las espaldas gigantescos sacos, minusválidos que se arrastran por el suelo pidiendo limosna, hombres contrahechos, enanos, todo tipo de malformaciones pasean la calle, una increíble amalgama de individuos que conceden una atmósfera a Mombasa de tiempo detenido, de urbe anclada en el pasado.
Pequeños cafetines de dulces indios, oscuros, frescos, encantadores y acogedores. Entramos en uno de ellos, el dueño nos recibe con su exquisita educación contándonos que tiene este pequeño café desde hace varias generaciones. Su familia llego procedente de la India hace 200 años para asentarse en Mombasa. Ahora ya no le queda familia allí, solo en esta ciudad donde regenta este pequeño y decadente local.
Nuestro nuevo amigo estudió en la Universidad de Glasgow (Reino Unido) arqueología bíblica. Mombasa está lleno de historias.
Su hermano se hizo ingeniero en Edimburgo y se casó con una española llamada Encarnita, ahora viven en Málaga. Hemos visto fotos de su gran familia española.
Nos presenta a un amigo de Orán, Abdulá. La familia de Abdulá lleva 400 años en Mombasa. Nos van a llevar por la ciudad antigua.
El mercado de especias de Mombasa es una locura de olores y sabores
La gente no es pesada como en otros lugares que te atosigan para que no te vayas sin comprar nada.
Nos hemos cambiado de hotel. El “City Blew” es un hotel con muy buen precio, además, guardaba una grata sorpresa porque se encuentra en una parte de la isla de Mombasa unida al auténtico “Old town” por un puente.
El hotel es fantástico. Nuestra habitación tiene unos grandes ventanales y balcón que se abren a una ría del Indico. Enfrente queda la vieja ciudad. Lo mejor es la noche. La brisa entra a raudales hasta nuestra cama. Una enorme mosquitera nos protege, meciéndose con la corriente que no cesa hasta la madrugada. Los rezos del almuédano llegan desde la vieja metrópoli musulmana. No molestan, se convierten en un maravilloso duermevela, acunado por los cantos de la mezquita, que te recuerda que te encuentras en una de las ciudades más evocadoras y sugerentes del mundo, La gran Mombasa.
Los domingos en el África negra vacían las calles de gente. Son aburridos sino te dejas caer por una de las increíbles misas africanas. En Mombasa, da igual que sea domingo, la ciudad fluye de la misma manera que cualquier otro día. Vamos a aprovechar para visitar “Fort Jesús”
Fort Jesús Museum
Es un fuerte defensivo construido por los portugueses entre 1593-1596. La fortaleza fue diseñada por un arquitecto italiano, Giovanni Battista Cairatti, quien fue el arquitecto jefe de las posesiones portuguesas en Oriente para proteger el puerto de Mombasa. Es uno de los ejemplos más destacados y mejor conservados de la fortificación militar portuguesa del siglo XVI y un hito en la historia de este tipo de construcción.
La fortaleza se convirtió rápidamente en una posesión vital para cualquier potencia con la intención de controlar la isla de Mombasa o los alrededores. Entre 1631 y 1875 el fuerte fue ganado y perdido en nueve ocasiones por las naciones que se disputaban el control de Mombasa.
Cuando los británicos colonizaron Kenia el fuerte se utilizó como prisión, hasta 1958. Fue declarado monumento histórico en ese año. Hoy en día alberga un museo siendo un destino popular para los turistas extranjeros y locales
La antigua estación del tren lunático de Mombasa
Después toca visitar otro de mis sueños, la antigua estación de tren de Mombasa, la estación del tren Lunático. Esta abandonada y en desuso porque ahora los chinos han construido una nueva (como en el resto de África) y el tren lunático ya no circula.
El tren lunático y los leones devoradores de hombres
El «Tren Lunático» unía la ciudad de Mombasa, en la costa de Kenia, con el Lago Victoria (Uganda)
El nombre de «Tren Lunático», le viene no solo por la disparatada ingeniería que hubo de emplear, sino también por los frecuentes ataques de animales salvajes a los trabajadores.
La vieja, antigua, colonial y sugerente estación está ahora ocupada por varios chiringuitos con bastante ambiente. Da mucha pena ver como se encuentra en la actualidad invadida de un fuerte olor a hamburguesa y a bacón. Aún así, hemos podido disfrutar de las antiguas vías del “Lunatic train“. Los decrépitos vagones permanecen impasibles, soberbios y llenos de orgullo en las solitarias vías.
La escritora Karen Blixen, protagonista de la historia que cuenta el film del director, Sydney Pollack, “Memorias de África” cogió un tren hacia Nairobi desde esta vieja estación para comenzar una nueva vida. Karen se casó en Mombasa. Ha sido una maravilla poder visitar esta evocadora estación condenada a desaparecer.
El viejo town de Mombasa es increíble. Se conserva y puedes ir recordando como era en realidad la vida de esos primeros colonos como Karen Blixen y su marido.
El “Old Post”, el “Hotel África”, el primer hotel de Kenia y de los tres más antiguos de este país. Pienso también en Karen Blixen que se hospedaría aquí de camino a Nairobi.
El viejo town, puerto, callejas y el original y genuino club británico se conservan igual que hace un siglo. Absolutamente inolvidables.
Mombasa es una de las grandes y maravillosas ciudades del Imperio Británico
Me apasiona el Imperio Británico. He tardado tiempo en descubrirlo. La reina Victoria, su época, la era de las exploraciones, de los descubrimientos, casi todos escoceses y británicos. Intento buscar y encontrar lo que vieron y sintieron todos esos pioneros a los que tanto admiro. Mombasa, la gran Mombasa conserva esa atmósfera de 1900 intacta. La bella ciudad sigue detenida en el tiempo.
Hemos visitado el mercado de especias, absolutamente fantástico, jengibre, curry, clavo, café, te, especias, tamarindo, etc. Con pasión te explican cada especia. Que gente tan acogedora.
Esta mañana nos hemos acercado a una playa. Ha sido una odisea llegar. Hemos viajado en transporte público. Por fin, hemos podido ver el Indico, tan azul, tan profundo, de arena tan blanca como sal. Es impresionante.
Mombasa es mucho más de lo que esperaba, una de las mas bellas e interesantes ciudades de África.
Mombasa es un delicioso regalo para viajero africano
Mombasa cuesta dejarte. El hotel City Blue ha sido fantástico, con esa terraza por donde entra la brisa del Indico. Los muedines cantan sin parar durante toda toda la noche, fresca, tranquila, absolutamente inolvidable.
Este viaje ha estado dividido en varias partes. La primera parte se la hemos dejado a José Serrano y su gente con su “Enkewa Camp” en Masai Mara, después, el Lago Victoria, el sueño de los nostálgicos amantes de la exploración en África. Tras Mombasa, mañana comenzamos nuestra ruta por el Indico, la primera parada será Kiliji