Garoua, una ciudad amable del norte de Camerún en el camino al Lago Chad

Garoua, la tercera etapa de un viaje por Camerún

Nos vamos de Ngaounderé a Garoua

Nuestra siguiente parada camino del Lago Chad es Garoua, una ciudad al norte del país. El tiempo previsto para disfrutar de ella, un día.

Vendedor en Camerun

Para viajar en transporte público en África hay que madrugar

De madrugada, nos vamos hacia la gare o estación de autobuses. Viajar en transporte público por Camerún significa que hay que madrugar. Cogemos un minibús de una buena compañia de transporte, «Touristique express», dos billetes para Garoua.

Nos sorprende la atención, la buena disposición y lo controlado que tienen todo. No es algo habitual en el África Negra. No puedo creerlo. Una compañía seria. El autobús sale a su hora, dos buenos asientos, previamente pactados. En eso somos ya especialistas que sabemos lo complicado que es viajar un largo recorrido si no vas cómodo y bien situado.

El Camerún rural no puede ser más bello

El viaje resulta una preciosidad. El Camerún rural no puede ser más bonito. Recorrer sus campos, con sus pallozas que van salpicando el paisaje, chozas de adobe a cada lado de la carretera. Las mujeres trabajan la tierra con el azadón. Los hombres dormitando bajo un árbol a la bartola. Pequeños rebaños de vacas africanas conducidas por niños, niños muy pequeños.

El Camerún rural
Camerún rural

Llegamos a Garoua

El viaje a Garoua dura cuatro horas.

La ciudad de Garua (en francés Garoua) es la capital del norte de Camerún. Se encuentra a orillas del río Benoué y a 50 kim al norte del embalse de Lagdo que riega la región.

Garoua es una pequeña ciudad, bonita y peligrosa (al menos eso es lo que nos han dicho). Hay mucho ladrón, mucho «voleur». El fantástico río Benoué rodea la ciudad, precioso, majestuoso como son los ríos africanos. Hay gente bañándose, pescadores con su tarea, y gente que no llego a saber qué hace.

África está llena de individuos por todas partes que nunca sabes ni que hacen ni adonde van

El río Benoue
A orillas del río Benoue

La ciudad es mayoritariamente musulmana. Esta dividida en tres zonas. Las zonas residenciales, la zona comercial, aeropuerto y la de los barrios populares.

Nos hospedamos en el hotel «Relaix Saint Hubbert»

Es muy especial, lleno de bankarús, chozas o pallozas, cómodo, limpio con una pequeña terraza o entrada para poder sacar una mesa y comer algo preparado por nosotros.


Hace mucho más calor que en otras ciudades, estamos más al norte del país y se va notando. Garoua se encuentra situada en una pequeña olla que hace que tenga unas temperaturas muy elevadas, excesivamente altas para la situación geográfica que tiene.

Hotel de Garoua

Una vez instalados en el hotel, compramos en un puesto callejero, una piña, un mango, varías pequeñas bananas para comer algo fresco. Una ducha y una buena siesta.

No sabemos si acercarnos al mercado de artesanos de Garoua. Nos han dicho que hay muy buena artesanía o si dejamos la tarde para descubrir la ciudad. Elegimos la segunda opción.

Hemos aprendido a no discutir en un viaje y a ceder. Si dejamos que un desencuentro vaya a más, desaprovechamos un día. En este tipo de viajes no podemos perder ni un minuto. Somos prácticos. Me quedo sin conocer el mercado de artesanos de Garoua.

La guía de Laertes de Joan Riera nos recomienda el Restaurante «Super» que resulta ser una maravilla, limpio, pequeño, los zumos los hacen con agua mineral, zumos de mango, bananas, piña, todo tipo de frutas, espectaculares, con sabor de frutas africanas. Zumos que te dan la vida. Nos acercamos en motos zemiyán al río Benoué para ver hipopótamos. Ni rastro de hipos pero…

En África nada se desaprovecha. cuando sales a ver algo y no lo encuentras, siempre aparece algo mejor y mucho más interesante

Cargando en el río Benoue

A pesar de estar lejos del mar, Garoua es un ciudad portuaria porque el río es navegable.


Al bajar al río, encontramos un montón de gente cargando una enorme piragua con toda clase de productos, harina, arroz, miel, etc. Descargan camiones llenando la barcaza.

Cae la tarde. La luz es estupenda para hacer fotos. El patrón de la piragua nos sale al encuentro. Le pido permiso para hacer fotos, nos lo da amablemente. Es musulmán, correcto, educado y elegante.


Se pone a charlar con Xaquín mientras yo aprovecho para captar con mi cámara el momento inolvidable. Varios hombres musculosos, sudando, descargan sacos de harina.

La enorme piragua va a comerciar hasta Yola (Nigeria). El viaje dura una semana, por la noche paran en las orillas del río para dormir. Nos hemos quedados deslumbrados por la historia. Nos encantaría hacer esa ruta, poder acompañar a esta gente en su travesía de siete días a Yola pero lo vamos a dejar para otro momento, nos queda mucho Camerún todavía.

Cargando el barco a Yola


Nos despedimos cordialmente. Ha llegado la hora de la cena. Antes callejeamos conociendo esta ciudad llena de vida, bullicio, de puestos callejeros y de olor a comida. Encargamos la cena en el restaurante «Super» y nos la llevamos al hotel en unas motos zemiyáns. Un plato de hígado, otro de pollo. Una cena deliciosa. Mañana seguimos nuestra ruta en busca del Lago Chad, próximo destino, la ciudad de Maroua.


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