Una reserva que protege a chimpancés y mandriles
Hemos recorrido Nigeria varias veces. Nigeria es el grande de los grandes junto con Congo Kinshasa de los países africanos. En uno de esos viajes, cerca de Calabar, atravesando este increíble país, paramos en “Afi Montain Wildlife Sanctuary”.
Existe Nigeria y luego el resto de África
Aquí, por primera vez, escuche decir “existe Nigeria y luego el resto de África”. Lo dijo Peter Jenkins, un americano que lleva 40 años viviendo en el pequeño continente nigeriano y que cuida de este fantástico enclave.
Afi River Forest Reserve
“Afi Mountain” se levanta en un enclave privilegiado, en los bordes del Afi River Forest Reserve, bañado por las aguas del río que le presta su nombre. Para alcanzar este lugar, el esfuerzo es muy elevado. No se puede llegar ni en transporte público ni en coche, la única forma es en moto.
Gestionamos dos motos y nos pusimos en camino con nuestra pequeña maleta roja y algunas provisiones. Allí no hay nada.
Encontramos alguna pequeña aldea en una travesía infernal hasta llegar a Afi Montain Wildlife Sanctuary. Lo que nos esperaba allí, merecía el mayor de los esfuerzos.
“Grill Ranch” es un proyecto de protección animal de la ONG Pandrillus. Con una sede en la ciudad de Calabar y otra en la misma reserva de Afi, se dedica a la rehabilitación y cría de algunas especies de mandriles en peligro de extinción.
Los norteamericanos Liza Gadsby y Peter Jenkins llevan este proyecto desde hace varías décadas
Perdido en la montaña, han construido un conjunto de cabañas con un gusto exquisito integrado en el paisaje. El sitio es único, fantástico e increíble.
Las cabañas no tienen mas que una mosquitera metálica por paredes, de manera que duermes protegido de la selva, entre árboles y escuchando los terroríficos gritos y aullidos de la noche.
El mejor de los alojamiento para visitar una reserva llena de mandriles y chimpancés que viven en libertad.
La reserva tiene un sendero que serpentea literalmente por las copas de los árboles, con puentes colgantes. Se llama el “canopie” y deja ver desde las alturas toda la selva. Se eleva a mas de 40 metros, debajo discurre un río cristalino con pequeños rápidos y remolinos, piscinas naturales donde se puede dar un baño.
Pasear sobre un puente colgante entre las copas de los árboles rodeada del bullicio de cientos de monos, es una sensación única e irrepetible. Debo admitir que estaba muerta de miedo tanto por si el puente colgante se venía abajo como de que uno de los primates nos pudiera hacer algo. Los chimpances no tenían muy buenas pulgas.
La mañana despierta con el movimiento de las ramas de los árboles casi en tu cama. Los monos se despiertan también. Se llaman entre ellos, se persiguen, se va despertando la selva, bajan deslizándose por los troncos.
Hay mucha actividad, saltando de rama en rama. Hacen un ruido ensordecedor. La reserva tiene una pequeña ducha al aire libre que es una verdadera delicia, una ducha al más puro estilo “Mogambo”. Nos llevamos provisiones porque en la selva no hay nada. Un maravilloso café en la lumbre para empezar el día.
https://nigeria.wcs.org/Wild-Places/Afi-Mountain-Wildlife-Sanctuary.aspx
