Guinea Bissau y las Bijagos en 9 días, un paseo por Bissau (4 parte)
Continuación de Guinea Bissau y las Bijagos en 9 días, un país diferente, la isla de Bubaque (3 parte)
26 de febrero de 2016 (viernes) (Bijagos-Bissau)
Abandonamos el archipiélago de las Bijagos. Nuestra avioneta tarda veinte minutos desde la isla de Bubaque a Bissau. Ha sido una maravilla el poder contemplar las islas desde el cielo. Una experiencia irrepetible. Desde el aeropuerto, en un taxi, volvemos a la Pensió Criole que es como llegar a casa, tan tranquila y familiar. Nos espera la misma habitación que dejamos. Nos instalamos, damos la ropa a lavar. Todavía es mediodía. Hemos quedado a desayunar con la consúl de España en Bissau en el café Imperio. Acompañan a María ocho españoles residentes en Bissau. Conchita es funcionaria de la embajada, Antonio es un antiguo conocido de Xaquin, Luis, empresario casado con una guineana, Caco y Andrés, voluntarios de AIDA, ong con un programa de pediatría en el hospital de Bissau. Detectan que personas o niños no tienen dinero para pagarse un tratamiento médico y ellos les proporcionan las medicinas y los cuidados que necesitan. Caco me cuenta que esta noche han muerto cuatro parturientas y varios niños. La tasa de mortalidad es muy alta. Como ya escuchamos en Mozambique, la gente acude muy tarde al hospital. La situación es demoledora.
Comemos en el hotel Kalisto unos bocatas. Le pregunto al camarero que si tiene wifi y me preguta que si wifi con picante o wifi con tomate con una seriedad que me desarma. No sé si es que me esta tomando el pelo o es que es gilipollas. El Kalisto es un hotel que tiene una terraza fantástica que siempre esta llena de blancos.
Paseando por Bissau nos encontramos con la sede de Médicos sin fronteras. Nos hemos presentado. Emílio, un médico español que lleva en Bissau desde 2014 nos explica que antes no teníamos presencia salvo en ocasiones de emergencia puntuales, cólera, meningitis. Desde 2014 la presencia es permanente. Son 25 médicos españoles los que están trabajando en esta ciudad. Los primeros proyectos que tienen es en pediatría en el hospital de Bissau y en la ciudad de Bafata. Quieren implantar un protocolo para identificar la fiebre en los críos. La deficiente preparación de los médicos locales lleva a diagnosticar a los niños malaria y si tienen dinero, se les trata pero muchas veces no es malaria lo que tienen y el niño muere irremediablemente de una dolencia mal diagnosticada, creando resistencias absurdas al paludismo.
Hablamos del ébola y como es posible que en Guinea Bissau no hubiera un solo caso declarado haciendo frontera con Guinea Conakry, uno de los países más contaminados siendo las fronteras tan permeables. En “Médicos sin fronteras” no se lo explican. Guinea Bissau cerró las fronteras cinco meses pero esta medida hubiera sido insuficiente porque aquí se pasa de un poblado a otro, entre países, dando un paseo. Emilio confirma que no hubo ni un solo muerto por ébola en Bissau porque si hubiera existido un solo caso, tal y como se entierra a la gente aquí, el contagio se hubiera esparcido como la pólvora. En los entierros, el muerto se expone a todos los familiares y amigos que le tocan, abrazan y besan. Inexplicablemente el ébola, saltó a Senegal que está mucho más lejos de Conakry.
Bissau es fantástico, cuanto más lo conoces, más te enamora. No es una capital africana al uso sino que es pequeña, polvorienta, no hay calles asfaltadas solo tierra. Es misera y paupérrima pero cada vez que tu mirada se detiene en algún lugar, se convierte en la más bella de las fotografías. Tiene un color ocre y rojizo que es increíble y un sabor tan decadente, viejo y desvencijado que no he visto en ningún lugar. Bissau es una ciudad que hechiza. Cuanto más la conoces, mas te atrapa.
En el hotel Azalay vamos a ver danzas tribales.
Vamos a cenar en el restaurante del comandante Antonio Torres, una institución en Bissau. Siempre rodeado de expatriados portugueses que miran como autónomas la TPA (televisión pública portuguesa) Pasan así las horas, los días, los meses y los años pero sus gambas son las mejores del mundo con una magnífica machada de ajo y perejil, pelados y con una textura increíble. La conversación del comandante Torres es incomparable a nada. Tiene una vida demasiado oscura vinculada a rumores innombrables pero es ameno, divertido y da gusto escucharle. Es un viejo caballero de los que ya no quedan. Cada vez que me saluda, me besa la mano. El comandante Torres es otra institución en Bissau.
En el hotel Azalay, las danzas todavía no han comenzado, como era de esperar. Menos mal que conocemos África y sus ritmos y no nos hemos quedado sin cenar. Ahora nos queda el último de los rituales de Bissau, imposible abandonar esta ciudad sin tomarnos las caipiriñas más ricas del mundo en el cine abandonado en mitad de la avenida más importante de esta ciudad. No hay ong, personal de la ONU, ACNUR, embajadas y los dos únicos turistas hoy en Bissau que no se dejen caer por su terraza.
27 de febrero (sábado) Bissau-Cachungo
Nos han recomendado un campamento en Cachungo, una pequeña ciudad a la orilla del río Cacheu. Vamos a conocerlo.
Continúa en Guinea Bissau y las Bijagos en 9 días (5 parte)