El Lago Chad, última etapa de un viaje por Camerún y hoy misión inalcanzable
El Lago Chad, la guarida de Boko Haram
Hoy es imposible llegar al Lago Chad porque se ha convertido en el refugio de Boko Haram.
El lago Chad es un lago poco profundo que se encuentra situado en la frontera entre Chad, Niger, Nigeria y Camerún Tuve la suerte de poder llegar a la isla de Kofia, en pleno centro del lago y quizás ser de los últimos occidentales que han podido pasearse por sus orillas y conversar con sus gentes. Fue muy complicado llegar, atravesando una zona desertica y con unas temperaturas de casi cincuenta grados.
Blangoua, un pueblo a orillas del Lago Chad
Llegamos a la ciudad de Blangoua, a orillas del lago con un guía experimentado y coche porque no hay transporte público. Nos acompañaban además de nuestro chofer Ali, un japonés y un chico camerunés. Las temperaturas eran extremas. Una avería o perderse en este desierto podría resultar fatal. La ruta desde el Parque Nacional de Waza a Blangoua (Camerún) duró un día completo.
Después de un recorrido agotador e infernal con cerca de 50 grados de temperatura llegamos extenuados a Blangoua. Aunque el coche tenía aire acondicionado y la conversación con nuestros amigos fue interesante llegamos sucios y desfallecidos. Hubo que registrarse en la comisaria del pueblo. Era un requisito obligatorio debido al aislamiento y a la cercanía del Lago, territorio que comparten varios países.
En Blangoua nos alojamos en una antigua misión católica
Había estado gestionada por misioneros catalanes aunque el último padre anciano y enfermo había vuelto a España.
Los nativos de Blangoua regentaban en ese momento la misión y se notaba. Estaba sucia pero tenía una ducha donde quitarte el calor y la suciedad del desierto.
Dormimos en una de las habitaciones y nuestros compañeros de viaje en otra. Ali, el guía se había traído mosquitera y prefirió dormir al aire libre.
Pudimos dar un paseo por este poblacho y a la mañana siguiente, de madrugada, salimos para la isla de Kofia, en el centro del Lago donde había un mercado al que venían comerciantes de todos los países con los que el lago hace frontera.
La gente de este lugar no esta acostumbrada a ver occidentales y fuimos la novedad. Encontramos un único, pequeño y escondidísimo garito donde pudimos tomar unas cervezas y combatir el insoportable calor. Esta zona estaba muy islamizada y el alcohol es un bien inalcanzable pero tuvimos suerte y en este chamizo, nos ofrecieron una buena birra fresca.
Los niños se quedaban alucinados conmigo. Me senté al borde del lago a la caída de la tarde y tuve a cincuenta críos observándome callados, nunca habían visto a una mujer fumar un cigarrillo. Tuve la sensación de ser una auténtica estrella de cine. Esta gente vive en el aislamiento más increíble.
Una mujer del pueblo nos hizo un arroz para los cinco y lo tomamos tirados en el suelo en una alfombra viendo las estrellas del desierto. No recuerdo haber visto nunca un cielo igual.
La noche fue insoportable. Nos daba miedo abrir las ventanas por si se colaban los mosquitos y nos comían vivos. No teníamos en la misión mosquitera. Las camas estaban bastante sucias y dormimos vestidos. El calor era insufrible, tan insoportable que a mitad de la noche ya me dio igual la suciedad, los bichos, las culebras y abrí ventanas para poder respirar.
Alí, nuestro guía fue más listo y se puso a dormir en el recinto exterior de la misión, en un pequeño colchón que pilló por algún rincón.
Al amanecer, salimos en una barcaza hacia la isla de Kofia. La travesía duró unas dos horas. Fuimos literalmente de noche porque el sol es insoportable. Durante nuestro viaje, pasamos por poblados y vimos la forma de vivir de la gente a sus orillas.
La isla de Kofia en mitad del Lago Chad
Las mujeres hacían la colada de madrugada en las orillas del Lago Chad.
Dando un paseo por la isla de Kofia, nos encontramos esta escuela, en pleno centro del lago. En la clase, las niñas a un lado y los niños a otro. Saludamos al maestro durante nuestro paseo y rechazó mi mano por ser mujer. Nos dijo que tocar a una mujer le podía contaminar. Tiene cojones.
Tuvimos la suerte de conocer a los hombres y mujeres en esta parte escondida del mundo y conocer su forma de vivir, ahora misión imposible. Esta era la pizarra de la clase.
Los terroristas de Boko Haram han hecho de este lugar una de sus principales guaridas. Ahora solo hay asesinatos, dolor y miles de desplazados.
Estas fotos las hice en el año 2011 en la isla de Kofia, en el centro del Lago Chad
Un lugar de mercadeo donde se acercaban vendedores de los países.que hacen frontera con el Lago.
Sin embargo, a pesar de su aislamiento, me hizo gracia encontrarme con este letrero en una barquita en la que ponía textualmente REAL MADRID
La mirada de una niña en su clase llena de sorpresa ante nuestra visita. No quiero pensar como será su vida ahora con los milicianos de Boko Haram aterrando a las poblaciones que viven en el entorno del Lago