Mana Pools National Park, recorriendo Zimbabue en 20 días

Viajando por Zimbabwe (Zimbabwe)

(continuación de Viajar por Zimbabue, un diamante en bruto)

Dos elefantes en Tiger África

Mañana nos vamos hacia Mana Pools National Park, la joya de la corona de los parques nacionales de Zimbabue buscando el río Zambeze. Camino del Zambeze haremos una noche en “Chinhoyi Caves National Park”, un lugar al que llaman el santuario de los espeleólogos. Se trata de un grupo de cuevas declaradas parque nacional en 1995 cerca de la ciudad de Chinhoyi.

Nos vamos de la ciudad de Gweru camino de Mana Pools National Park

11 de septiembre

Abandonamos Gweru, fantástica ciudad. Tras un buen desayuno nos ponemos en carretera a primerísima hora. Ya hemos cambiado nuestro reloj biológico levántandonos con el sol. No hace calor en esta época del año más bien frío. La media de km que hacemos son unos trescientos para poder llegar de día al próximo destino.

En esta carretera el paisaje es bellísimo. Atravesamos pequeños poblados, apenas cuatro pallozas mucho más diminutos que en otros países africanos. El paisaje esta plagado de bellísimas acacias, típico paisaje de sabana.

Pequeños poblados salpican la carretera camino de Mana Pools

EL GANADO CAMPEA A SUS ANCHAS POR TODAS PARTES.

Hay que tener mucho cuidado con las reses que se te cruzan cuando menos te lo esperas. Raro es el poblado que no tenga  vacas o cabras cruzando la carretera cual reinonas a sus anchas.

LOS CAMIONES OTRO PELIGRO DE LAS CALZADAS

Las carreteras en este país tienen otra amenaza, los CAMIONES que se convierten en un lastre para el prudente conductor europeo.  Hay cientos de camiones recorriendo las arterias de Zimbabue camino de Zambia, Mozambique o Sudáfrica. Son camiones de transporte, ocupan toda la calzada, llevan una velocidad de ferrari y cuando te los cruzas se te corta la respiración. Literalmente te echan de la pista.

En Zimbabue el ganado en cada pista

Aunque las carreteras en este país están muy bien y los zimbabwenses no conducen mal mostrando bastante cautela y moderación, los camiones se convierten en un dolor.

Llegamos a Chinhoyi Caves National Park

Me encanta empezar la ruta a primera hora empapándome de los paisajes de este bellísimo país.

Es un lugar precioso en mitad del camino hacia el río Zambeze y Mana Pools National Park.

Las cuevas Chinhoyi forman un grupo de grutas y cavernas con piscinas naturales declaradas parque nacional en 1995. Las cuevas fueron descubiertas por Frederick Selous, famoso cazador blanco en 1887. Fueron utilizadas a lo largo de su historia para arrojar a más de uno entre las tribus salvajes que vivieron en sus alrededores.

Chinhoyi Caves National Park

Nos han dado una habitación preciosa. Las habitaciones se encuentran en un maravilloso  jardín en cuyo centro esta situado el restaurante y la piscina.

Nuestra habitación en Chinhoyi Caves National Park

La piscina se encuentra vigilada por enormes mandriles a la espera de poder llevarse algo. Menos mal que los he visto antes de  darme un chapuzón. Tengo experiencia sobre acoso de mandriles, babuinos y demás monkis. Se llevan todo lo que pueden, bolso, cámara de fotos, gafas, etc. Son terribles. Están siempre al acecho aprovechándose de un descuido para llevarse tus pertenencias o tu comida.

Las habitaciones en Chinhoyi Caves National Park

“Chinhoyi Caves National Park” es un lugar hermoso. La piscina natural que hay en el interior de la cueva es una preciosidad. Tiene un color azul marino añil. Me imagino que será por los óxidos o nutrientes que pueda tener. Esta llena de peces.

Las piscinas de Chinhoyi Caves National Park

Es la meca de la espeleología. Hay más pozas o albercas naturales en el interior. Habría que adentrarse más en las cuevas subterráneas recorriendo pasadizos y túneles. Me da miedo. ESTO ES AFRICA además, aquí no hay guías. Se va a hacer pronto de noche y no estoy dispuesta a perderme en un laberinto de grutas. Cenamos en el restaurante de este lugar fantástico y mañana nos vamos rumbo a Mana Pools National Park.

Nos vamos de Chinhoyi Caves hacia Mana Pools

12 de septiembre

Ahora estoy sentada en la palloza de mi lodge. Se llama “Tiger Safari”. Es el lugar donde hemos ido a parar tras un día agotador.  Lo primero que nos han dicho “ES QUE OJO CON LOS HIPOS”. El lodge está situado a la orilla del gran río, el Zambeze, el río entre los ríos.

Tiger África junto al Zambeze

ZAMBEZE EL GRAN RÍO

Hemos llegado exhaustos hasta este lugar. Ha sido uno de los días más complicados que hemos vivido en África. Son las siete de la tarde y no hemos probado bocado desde el amanecer. Esta mañana en Chinhoyi Caves  decidimos poner rumbo a Kariba pensando que sería la plataforma de entrada a uno de los grandes parques nacionales de Zimbabue, el Mana Pools National Park. Nos equivocamos.

El problema que tenemos en Zimbabue es que es temporada alta y parece que todo está lleno en los parques nacionales. No tenemos mucha información porque no tenemos Internet y nos está dificultando mucho poder averiguar donde  hay una plaza.

La ciudad de Kariba es tremendamente desordenada. No tiene indicaciones de ningún tipo volviéndote loco para encontrar cualquier cosa.

El Lago Kariba

La belleza del Lago Kariba no tiene nombre. Es como un bellísimo mar de agua azulada y de una belleza indiscutible. Un verdadero lago africano.

Llevamos en Kariba unas cuantas horas. No hay forma de encontrar ninguna agencia que nos busque algo para poder entrar en cualquier parque nacional. Hemos localizado cerca de una gasolinera a dos chacaritas que nos han hecho su teatro, buscavidas africanos que no han aportado nada de nada más que hacernos perder tiempo. El Lago Kariba es muy bonito pero esta ciudad nos está volviendo locos. No encontramos ningún lodge para dormir que se ajuste a nuestro presupuesto. Hemos estado en uno maravilloso que nos pedían 250 dólares por noche. No estamos para tirar la casa por la ventana. Nos queda mucho viaje todavía.

Ya son las dos de la tarde y cada vez estamos más agotados. De pronto veo la luz. Tenemos que ir a la puerta de entrada del Parque Nacional Mana Pools que no está en Kariba.

Llegamos sobre las tres de la tarde a la puerta de Mana Pools National Park tras un último y penoso trayecto de 60 kilómetros exhaustos. En el parque nos recibe un chico muy receptivo, si no es por él, no entramos. Eso si, lo primero que nos suelta es que con nuestro Kia, nos olvidemos de entrar en Mana Pools. Se me cae el alma a los pies. 

Mana Pools al amanecer

Al ver mi cara de pánico por haber sido una imbécil desinformada que ha alquilado un coche que no puede entrar en Mana Pools, le doy pena y me suelta que bueno “slowly, slowly” pudiera ser posible lograr entrar con nuestra joya. El chico comienza a hacer sus gestiones para ver si nos puede colocar en algún campamento o tente camp. Para nuestro horror, nos dice que es imposible, que no hay ni una tienda libre.

Elefantes en Mana Pools

Desesperados y extenuados esperamos bajo un cartel que indica “mosca tse tse” aguardando mientras se desatasca nuestra agobiada situación. Lo de menos es que sea territorio de la tse tse, lo que quiero es poder entrar en el puñetero parque que para eso he venido hasta aquí.

Otros dos elefantes en Mana Pools

Espectaculares 4*4 pasan ante nuestras narices con robustas ruedas y maravillosas tiendas de campaña instaladas en su techo. Nos miran con sorna y desdén. Nos ponen cara de “pobres pringadillos” como se les ocurre venir así a África.

Como dos buenos pringados esperamos a que el guarda de Mana Pools nos diga que se ha equivocado y que hay algún sitio para nosotros. pero no hay ni una plaza libre en todo el parque. 

Estamos tan desesperados que hasta preguntamos por los lodges más lujosos instalados junto al río Zambeze. NADA DE NADA. Parece que no hay salida. 

Pero entonces, nuestro guarda o hada madrina nos anuncia que hay una tente camp libre para nosotros mañana mismo. No nos lo creemos. Vamos a poder conocer Mana Pools, la joya de la corona de los parques nacionales de Zimbabue. Nos hacen sobre la marcha el checking. No tenemos provisiones y en el parque NO HAY DE NADA, salvo leones, hienas, hipos y elefantes. 

El  guarda que nos ha buscado una salida, nos recomienda acercarnos a Chirundu a unos 40 kilómetros de la entrada del parque. Nos dice que hay shops para comprar comida. Nos vamos como locos hacia Chirundu. 

También nos recomienda en Chirundu un lodge, “Tiger Safari”. Está situado junto al río Zambeze. Llegamos exhaustos. No hemos probado bocado desde las siete de la mañana y son cerca de las cinco de la tarde. Queda una hora para que se haga de noche. Chirundu resulta ser un villorrio donde no hay  de nada salvo varios mandriles. Es como el oeste americano. Nos vamos a meter en una reserva cuatro días y queremos llevar comida, vino, cerveza, café y te. En los shops de este pueblucho no hay de NADA. Estamos desesperados, enfadados, cabreados, maldiciendo nuestra suerte y sobre todo agotadisimos.

Mandriles en Chirungu

En medio de nuestra desesperación, el listillo de turno de Chirundu, nos dice que en los supermercados “Surprise” HAY DE TODO, comida, café, te, cerveza y vino. El único problema es que estos almacenes están en Zambia (país fronterizo) y nosotros estamos en Zimbabue.

Ya estamos en el puesto fronterizo entre Zimbabue y Zambia. Vamos a empezar nuestra nueva  locura africana que como siempre nos puede salir cara.

Le explicamos al agente de la aduana de Zimbabue que queremos hacer la compra en Zambia porque vamos a estar cuatro o cinco noches en Mana Pools National Park necesitando provisiones pero no queremos sacar el visado a Zambia que cuesta dinero y tiempo. No tenemos tiempo.

Parece ser que los supermercados “Surprise” están a 3 kilómetros. En la aduana nos dicen que nos dejan entrar en Zambia sin visado sólo veinte minutos. Nos echamos como siempre la manta a la cabeza y con nuestro Kia cruzamos el largo puente que atraviesa el río Zambeze que nos une a Zambia. Nos salen al encuentro los cuatro chacaritas que hay en toda frontera africana que se precie para ayudar al tonto de turno.

El gran río Zambeze desde África Tiger

Les contamos nuestras desgracias. Nos prometen acercarnos a los  supermercados “Surprise” para hacer la compra  en 20 minutos.

Hablamos con el agente de la frontera de Zambia que nos mira incrédulo y desconfiado pero al final nos dice que solo 20 minutos de tiempo para ir a los supermercados Surprise. Le tenemos que dejar nuestros pasaportes. Nos deja pasar sin visado.

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Le deje a un chacarita nuestros pasaportes en Nigeria y tarde una semana en recuperarlos sin poder casi salir de un hotel en Lagos. Me jure y perjuré que no volvería a tener ese grave error en mi vida y ahora acabo de entregar mis pasaportes a un tío que lo mismo en 20 minutos ya no está por aquí. Tendría que venir el cónsul a sacarnos de este embrollo. Esta claro, somos carne de cañón. Entregar tus pasaportes en un país africano es quedarte desnudo y totalmente desprotegido.

Por increíble que parezca, como dos poseídos, entramos en los supermercados “Surprise” con nuestro taxi esperando a la puerta. Me voy como una leona a la sección de vinos. Una reserva natural llena de animales salvajes sin un vinito sudafricano por la noche viendo el atardecer es innegociable.  Es un momento insuperable. Xaquin como un loco se va hacia las carnes y demás provisiones. En tres minutos, como en Master Chef tenemos las cestas llenas pagando y de vuelta.

En Zambia todo controlado porque el tio que tiene nuestros pasaportes todavía está en el mismo sitio donde le hemos dejado, nos los entrega y nos deja irnos tan tranquilos.

El problema comienza cuando cuando nos confundimos de  dirección en el puente que une Zimbabue con Zambia. Conducíamos tan tranquilos en dirección contraria. Este error en cualquier país europeo es un delito grave pero esto es África, todo es posible.

Tras la garrafal confusión llegamos a Zimbabue Ya no está el tipo de la aduana que nos dejo irnos 20 minutos para hacer la compra en los supermercados “Surprise” sin visado. Ahora tenemos a un tipo que nos pide el visado de salida de Zambia. La cosa parece que se nos complica.

De repente a Xaquín se le hace la luz y le explica: ” somos turistas, venímos a gastar nuestro dinero a Zimbabue, mañana nos vamos al Parque Nacional de Mana Pools. Solo hemos ido a hacer la compra a los supermercados “Surprise” con el permiso de tu colega. Mi esposa esta muy cansada, por favor, dejarnos ya en paz.

De repente, el soldado de turno nos deja tranquilos sin la convencional “mordida africana”. Esto es África y lo que parece que no tiene problemas y que está resuelto se da la vuelta en un abrir y cerrar de ojos y viceversa.

Cuando alguna situación parece que ya no tiene vuelta de repente se hace la luz. En África, las situaciones más complicadas y críticas se solucionan y las cosas mas sencillas se vuelven en un segundo, críticas.

ÁFRICA ATERRA Y ATRAE PRECISAMENTE POR ESTO PORQUE NADA ES LO QUE SE ESPERA.

Todo es diferente, imprevisible, impredecible y único.

Hipos en Mana Pools

UNA SITUACION SURREALISTA AFRICANA MAS CON UN FINAL FELIZ. El coche peor preparado para internarse en un parque nacional hasta arriba de animales salvajes se arrastra moribundo por las pistas pero con la despensa llena. Llevamos varios vinos, cervezas, cocacolas, agua en abundancia, café, leche, carne, bacon, hamburguesas, galletas, atún, sardinas y pasta. No se puede pedir más en la vida.

Mañana nos internamos de nuevo en otra reserva. Esta vez en Mana Pools National Park, una de las joyas de Zimbabue.

Mana Poos National Park hipos

A la puerta de “Tiger África” nos espera Haily, una regordeta y embarazadisima blanquita nacida en Zimbabue, lista y resuelta. Tras echar de reojo un vistazo a nuestro “ferrari”, no puede evitar preguntar si pensamos ir a Mana Pools con este “pedazo de coche”. Contestamos con las orejas gachas que si, que ya sabemos que no es el adecuado pero que es el renta car que hicimos desde España con toda NUESTRA EXPERIENCIA AFRICANA.

Es espabilada. Nos dice que va a intentar gestionarnos un bote por el río Zambeze que nos deje en Mana Pools en nuestra mismísima tienda de campaña. Ahora es de noche y no puede hacer la gestión pero mañana lo intentará y si podemos dejar en coche en su lodge hasta la vuelta sería fantástico.

Estamos tan hambrientos y cansados que empiezo a tener temor porque no sueño más que en dar bocados y mordiscos a todo lo que se me pase por las narices.

Haily nos avisa que ojo con acercarnos a esta hora al río. Los hipos salen del agua y son muy peligrosos.

Este lugar es fantástico y nuestra palloza es una maravilla junto al gran río Zambeze.

No dejan de rugir a los hipos. El lodge esta lleno de babuinos que están por todas partes.

Conocía el río Zambeze. Lo había cruzado en Mozambique. En este viaje se ha convertido en una obsesión. 

Ahora lo tenemos delante. Es enorme.  Se pierde la mirada en su inmensidad. Majestuoso, magnífico, único, lleno de vida, misterioso, sublime y brutal. El Zambeze te deja mudo. Por fin hemos llegado. Vamos a dormir a sus orillas, escuchando sus sonidos tenebrosos y feroces. El Zambeze suena a hipopótamo y cocodrilo. Es absolutamente sobrecogedor.

Atardecer en el río Zambeze

Una buena ducha mientras el cocinero del lodge, uniformado con un enorme gorro de cocina viene a preguntarnos que nos hace de cena. Yo me muero de hambre. Voy a elegir pollo e hígado.

Nos sentamos hambrientos a disfrutar de nuestra cena cuando un elefante empieza a campear a sus anchas junto a la palloza que hace de restaurante acercándose peligrosamente hasta nosotros. La cena empieza a estar en entredicho porque el paquidermo se está emocionando. No nos queda otra que levantarnos. Al final, bicho ha elegido no embestirnos y darse la vuelta aunque antes ha abierto sus enormes orejas barbitando que daba  terror.

Un elefante campeando por Tiger Safari

En el Tiger África” hay algún turista. En todo lo que llevamos de viaje sólo nos hemos encontrado a una parejita de holandeses y a algún británico nostálgico de su gran Rhodesía. 

Ha sido un día duro y lleno de sufrimientos africanos. La holandesa con la que nos cruzamos hace unos días nos adelanto que este país es bellisimo pero complicado. Tenía razón Es un país fantástico pero como siempre en África siempre hay lugar para la sorpresa.

Dormimos como benditos escuchando los sonidos que vomita el Zambeze.

13 de septiembre

Nos hemos levantado muy pronto. Hay que ponerse en marcha en bote o en el Kia. Nos queda un largo día que superar.

Una mare de Mana Pools National Park

Nos vamos hacía Mana Pools, la gran reserva del Zambeze en Zimbabue donde podremos ver los “five big”.

Haily la administradora del lodge viene a explicarnos que no ha conseguido un bote para llevarnos al campamento por el río.

Tenemos que hacer ochenta kilómetros atravesando Mana Pools National Park con este coche para llegar a nuestra tienda de campaña. Significa un riesgo. Nos da miedo que se nos parta en dos, se pare, o se quede sin gasolina entre animales salvajes. Un peligro que ahora tenemos que asumir.

Una avería en plena selva no es ninguna tontería, acojona.

Nos ponemos en camino con nuestras provisiones y con un calor que va aumentando por minutos pensando en que el avituallamiento que llevamos en el maletero para los próximos días se nos va a estropear.

Atravesando Mana Pools

Nuestro calvario comienza en el primer puesto de entrada al parque. Aunque parece que todo está correcto, la ranger del puesto echa un vistazo a nuestro ferrari con cara de NO PODEIS SEGUIR por la reserva con esa “joya”. Le sugerimos que si hubiera algún trabajador del parque que nos pueda acercar a nuestra tienda de campaña sería estupendo. Pone cara de idiota sin darse por aludida. Nos adelanta que no hay surtidores de gasoil dentro del parque para poder repostar. Vamos justitos justitos. Para colmo de males nuestro fantástico coche tiene un deposito enano. Por si las moscas, apuntamos la hora de salida del primer puesto de entrada al interior del parque, 9:35 de la mañana.

Hemos cargado en Chirundu gasolina y teléfono local aunque este último no nos funciona. Parece que la operadora que actúa dentro del parque es distinta a la nuestra, tiene cojones. Estupenda nuestra suerte, nos metemos en el parque sin cobertura de teléfono para alegrarnos más el día.

NOS SALE AL ENCUENTRO ALGÚN ELEFANTE Y ALGÚN BUFALO

Todavía estamos lejos del Zambeze y todos los riachuelos que estamos pasando están secos. Es plena época seca y no hay agua. La fauna se concentra a las orillas del gran río.

Elefantes en Mana Pools

Llegamos aterrados a la segunda barrera del parque. Un tío la vigila junto a 30 mandriles amenazantes. Están al “loro” por si pueden meter la mano dentro de cualquier coche que pare y llevarse lo que sea. 

Son tan grandes que da horror acercarse al toilet que hay junto a la barrera. Una chica nos la abre para seguir nuestro camino anunciándonos que  la próxima está a 45 kilómetros de distancia.

QUE MIEDO. Nos lanzamos al vacío. Es mucha distancia estos 45 km en la soledad de este infierno si nos quedamos tirados entre animales salvajes. 

El coche sigue su camino. Según nuestros cálculos, hacemos 20 km a la hora. No se nos da mal aunque tenemos la sensación de que el coche se nos va a partir en dos. Nos cruzamos con fantásticos Land Rover que pasan a 80 km por hora vomitándonos tierra y que se pierden majestuosos por el horizonte dejándonos atrás en una nube de polvo con nuestro flamante Kia.

El rey de la selva

Nos da terror que patine el coche quedándose atascado en la arena. Si terminamos tirados en una pista, no podremos bajar del coche. Estamos en una reserva de animales salvajes y aunque tu no los veas, ellos están ahí. Al final, hemos llegado agotados. Hemos tardado cinco horas en hacer 80 km.

Hienas en Mana Poos

Al llegar a la oficina de recepción de viajeros de Mana Pools nos miran como a héroes al bajarnos de nuestro KIA. Les ha faltado aplaudir.

Nos hacen el booking. Hemos pagado 500 dólares por tres noches en una tienda de campaña ya montada en plena selva, una tente camp. Aquí no hay ni guardas ni nada de nada. En la oficina te dan unas pequeñas indicaciones para llegar a la tienda y a correr. Haces ACAMPADA LIBRE. Estas solo entre animales salvajes en mitad de la nada. Nos ha costado lo  indescriptible encontrar con las directrices que nos han dado nuestra tienda de campaña.

Nuestra tienda en Mana Pools

Hoy tenemos vecinos, una pareja de sudafricanos de Cape Town muy amables. En un minuto, ya nos ofrecen leña, cerillas e información.

Nuestra tienda es preciosa y espaciosa aunque no es tan fantástica como la que tuvimos en la reserva de Gonarezhou.

Nuestra tienda de campaña en Mana Pools

En este campamento hay dos peligros, los babuinos y un elefante….

Nos ha avisado nuestro nuevo amigo de Cape Town que en este campamento hay amenazas, los babuinos que van a pillar todo lo que pueden obligándote a tener todo cerrado, por lo que la cocina anexa a la tienda tiene doble cerradura de seguridad.

El otro riesgo es un elefante que le ha cogido “cariño” al campamento y que cuando menos te lo esperas le tienes plantado justo detrás porque anda silencioso entre las tiendas sin hacer el más mínimo ruido. También anda a ver que pilla.

Babuino acecha en Mana Pools

En Mana Pools te encuentras carteles prohibiendo la fruta porque a los elefantes con tal de agarrar una manzana, pera o banana, les da igual arrancar una tienda de campaña o arrasar con todo lo que se les ponga por delante.

Además, yo creo que tenemos otros riesgos añadidos.

HAY UNA COMUNIDAD DE HIPOPÓTAMOS A DIEZ METROS.

HIPOS EN MANA POOLS

Nunca los he tenido tan cerca. Cuando digo DIEZ METROS son diez metros. Están dentro del agua pero pueden salir en cualquier momento. Durante el día se alejan de las tiendas pero cuando cae la tarde, se acercan hasta colocarse ante nuestras narices. Además, debemos tener cuidado con los cocodrilos. Estamos a orillas del Zambeze.

Hipopótamos delante de nuestra tienda

Nos instalamos agotados. Hemos contratado un walking safari para mañana a las seis de la mañana. Lo que no sé es si el walking será con un ranger armado o no. En Botswana, la legislación no permite armas y si vas a hacer un paseo a pie por la selva tienes que ir a pelo y que sea lo que sea. En Zimbabue todavía no tengo ni idea.

Nuestra tienda en Mana Pools

La tienda es fantástica aunque la entrada al baño no es hermética dejando un hueco por donde se puede colar algún bicho. Hay mucho bicherio en este lugar.

La tarde la vamos a dedicar a disfrutar de este sitio único a la orilla del gran río. Se escuchan a los hipopótamos, a los búfalos que pasan junto al campamento y a los elefantes.

LOS ELEFANTES CAMPEAN A SUS ANCHAS ANTE NUESTRA TIENDA DE CAMPAÑA

Elefantes junto a nuestra tienda en Mana Pools

Nuestro campamento tiene cuatro tente camp separadas entre si. Es cierto que cuando menos te lo esperas, ya tienes un elefante detrás. Te pegas un susto de muerte.

Elefantes ante nuestras tienda en Mana Pools

Para esta noche, me temo lo peor. Esto va a ser una juerga marinera. Está lleno de animales.

Hemos hecho dos fuegos de campamento con madera de mopani que nos ha dado nuestro vecino de tienda. Uno para la barbacoa y otro delante de la tienda para ahuyentar a los bichos. El vino que fuimos a comprar a los supermercados “Surprise” de Zambia, aquí sabe a muerte, entre rugidos de todo tipo.

Un fuego de campamento en Mana Pools

Tenemos controladas ya a varias familias de hipos dentro del brazo del Zambeze que tenemos ante nosotros. Una de ellas mantiene a raya a las demás. Son tremendamente territoriales no dejando a los otros pasarse ni un pelo.

Familia de hipos en Mana Pools frente a nuestra tienda

La noche ha sido jodida. Estamos tan cerca de los hipos que por la noche las luchas se hacen terroríficas y ensordecedoras desde la lona de una tienda de campaña. Esta noche he escuchado de todo.

Hemos tenido visitantes nocturnos merodeando la tienda.

Hienas a las que conozco bien con sus gritos, aullidos y risotadas, búfalos y sobre todo leones. No he pegado ojo. No sabes a que distancia están los visitantes no deseados. Te genera miedo, terror, pavor, tensión, estrés y pasión. Sensaciones que si te acostumbras es difícil luego prescindir de ellas, enganchan y mucho. Una especie de adición difícil de explicar.

No hemos pegado ojo.

14 de septiembre

Nos hemos levantado en plena noche, 5:30 de la madrugada. No tenemos claro si acercarnos a hacer el walking safari. Tenemos miedo a llegar al punto de encuentro con el ranger en mitad de la noche con este coche. Nos echamos la manta a la cabeza y sin tomar ni un café decidimos ir. Se llama Math y viene acompañado de un rifle. En Botswana se ha prohibido llevar armas desde el incidente de Juan Carlos I pero esto es Zimbabue y los rangers todavía llevan rifles en los walking safaris con lo que te da mucha seguridad. No es fácil ir andando por selva entre animales.

Math es muy agradable y se interesa en buscar el rastro de los animales. El walking ha sido el mejor que he hecho en mi vida. Tres horas de ruta. Hemos visto de todo, impálas, búfalos, elefantes hasta la saciedad y hienas pasando a nuestro lado.

Dos hienas pasan a nuestro lado

Pero hemos visto lo mejor. Es muy difícil poder verlo, casi imposible salvo en los documentales.

Un grupo de leones acababan de matar un búfalo y lo estaban descuartizando.

Hemos contemplado la escena desde cierta distancia de seguridad porque vamos a pie y es peligroso molestar durante el festín. Las fotos desde lejos no reflejan la realidad y maravilla de un momento tan lleno de tensión. Lo hemos podido apreciar mejor con los prismáticos.

Leones comiendose un búfalo

Una leona descuartizaba a un búfalo tumbado de lado. Los demás leones seis o siete observaban con ojos impacientes la escena aunque con el otro nos miraban a nosotros que estábamos acojonados. Nos encontrábamos relativamente lejos pero no es una situación segura. Los animales salvajes son imprevisibles. No les gusta tener cerca a mirones.

Math ha llamado por walky talky a otro ranger para tener dos rifles. Ha tardado cinco minutos en aparecer porque estaba por la zona. Hemos disfrutado de un momento único y muy difícil de olvidar.

Math dice que han debido cazar el búfalo al amanecer hace más o menos una hora. Math nos había anunciado que esta noche han merodeado leones por nuestra zona enseñándonos las huellas cerca de nuestra tienda. De hecho estábamos buscando más pisadas cuando los hemos encontrado en plena faena. Buscar leones andando por la selva no es una misión fácil aunque ir acompañados de un rifle tranquiliza mucho.

Amanecer en la selva del Zambeze

Ha sido un paseo único. Hemos acabado agotados. Nos vamos a nuestra tienda a desayunar.

El desayuno ante el río Zambeze con varios hipos rugiendo a 10 metros bajo un árbol lleno de babuinos es una locura.

Un café nescafé con galletas. No nos dio tiempo a coger muchas provisiones del Surprise. Ahora tenemos las montañas de Zambia frente a nosotros. Es uno de los mejores momentos de mi vida. Esos colores de África, esos árboles africanos en la otra orilla del río. En este lugar donde se encuentra nuestra tienda, el río abre sus brazos creando una isla enfrente hasta donde llegan los elefantes.

Por la selva andando entre búfalos

Es muy molesta la visita diaria de los babuinos porque son un ejercito bien adiestrado, pendientes por si nos dejamos abierta la tienda o cocina para llevarse todo lo que puedan. Nos rodean cientos, siempre esperando que bajemos la guardia. Ya nos había avisado nuestro vecino de tienda.

SE ACABAN DE IR NUESTROS VECINOS Y NOS HEMOS QUEDADO SOLOS en la inmensidad de la selva. NO ME HACE NINGUNA GRACIA.

Grupo de impalas junto a nuestra tienda en Mana Pools
Interior de Mana Pools

Volvemos con Math para navegar en una piragua por el río Zambeze. Debe ser muy peligroso porque nos han hecho firmar a los dos que lo hacemos bajo nuestra responsabilidad, eximiendo al parque de cualquier obligación o carga. Vamos en una piragua entre hipos y cocodrilos.

Navegando por el Zambeze en piragua

Son las tres de la tarde y hace muchísimo calor. El bochorno empieza a pasar factura y además me parece un riesgo innecesario tener hipos tan cerca con la fragilidad de una piragua aunque Math lleve un rifle. En Guinea Bissau nos contaron que hay muchas muertes por cocodrilos en África sobre todo entre pescadores que desaparecen sin más de su cayuco o piragua.

El paseo ha sido fantástico. Navegar por el Zambeze era algo pendiente para CUALQUIER VIAJERO AFRICANO que se precie y si encima vas remando en tu propia canoa, se convierte en una experiencia fascinante.

El río Zambeze grande entre los grandes

El río Zambeze es uno de los GRANDES RETOS DEL VIAJERO AFRICANO.

Los ríos africanos te enamoran por su misterio, su fuerza, su poder, su belleza y su vida. He cruzado el río Congo, el río Senegal, el río Niger y muchos más. Hace unos años cruzamos el río Zambeze en moto. Ahora toca remar.

Tras nuestro paseo en piragua por el Zambeze nos vamos a nuestra tienda porque comienza la hora bruja incomparable a NADA de NADA, el atardecer africano.

Hipos ante nuestra tienda ante el Zambeze
Preparados para la hora bruja ante el Zambeze

Antes hay tiempo para escribir frente al río y esperar a que el sol empiece a bajar anunciando la locura de verle irse a dormir. Es el preciso instante del atardecer, los hipos que nos rodean empiezan a rugir. Los animales comienzan a renacer después de un caluroso día.

Nosotros comenzamos a preparar los fuegos de campamento con la madera del mopani. Es otro momento insuperable. El cielo se ha vuelto rojo y huele a madera que se quema. Vamos a hacer una barbacoa con bacon que nos hemos traído de los supermercados “Surprise” de Zambia.

Atardecer frente a Zambia

En las montañas de Zambia hay pequeños y dispersos incendios. Es un momento único.

Soy una afortunada de volver a disfrutar de mi África amada desde este increíble lugar. Con certeza nos espera otra pavorosa noche de brutales sonidos en mitad de la nada.

15 de septiembre

La noche ha sido más silenciosa que la anterior. Los hipos han estado callados salvo algún rato en los que defendían su territorio y rugían como condenados pero no hemos escuchado hienas ni advertido si algún animal se aproximaba a nuestra tienda. Nos hemos levantado muy pronto para hacer otro walking safari. Hoy toca Dick. Es mucho mas soso y tímido que Math, además habla muy poco inglés mezclado con su dialecto, difícil de entender.

Hemos visto muchos animales. La selva al amanecer tiene una neblina que produce una sensación de misterio difícil de explicar. Nos salían elefantes, búfalos a cada paso.

Otra imagen de Mana Pools
Elefante en Mana Pools

Nos ha contado Dick que en este parque ha habido varías muertes. A un neozelandés en el 2007 le comieron los cocodrilos mientras navegaba en una piragua y unos turistas se acercaron demasiado a unos leones. Dick dice que habían bebido alcohol y no calcularon la distancia.

búfalos en Mana Pools

Hemos venido extenuados del walking. Tres horas andando entre animales.

Desde este lugar de la tierra, uno no se acuerda de nada ni se echa de menos absolutamente a nadie. Sólo se escucha el anuncio de la NOCHE AFRICANA. Cae la tarde. Los pájaros africanos con sus gritos inenarrables comienzan a volar enloquecidos chillando a todo pulmón anunciándonos que la temida noche llega.

Es un momento imborrable que nunca voy a olvidar.

Los mosquitos empiezan a merodear. Es la hora más peligrosa para que te coman vivo.

El sol duerme en el Zambeze

Dicen que el hipopótamo es uno de los animales más peligrosos de África y causante de cientos de muertes en este continente.

Hipo frente a mi tienda en Mana Poos

Soy inmensamente feliz cuando estoy en este continente soñado que tanto amo. Cuando tengo que volver a mi casa, a mi trabajo sólo pienso en poder volver definitivamente para poder sentir eternamente lo que aquí siento.

LA NOCHE HA SIDO COJONUDA. Los dos solos en el campamento. De las cuatro tiendas solo ocupada la nuestra.

Da mucho respeto la ACAMPADA LIBRE en la selva

Ha sido complicado poder dormir. LOS LEONES ESTABAN MUY CERCA Y ESTABAMOS SOLOS. Desde el interior de mi tienda de campaña no sabia a que distancia se encontraban. Cuando ruge el león en la jungla, todo se queda mudo. El terror invade a todos sus habitantes. Su rugido atronando en la noche dice: “soy el rey de la selva, se ha ido el sol y voy a actuar”

Los brazos del Zambeze

Estaba muerta de miedo. Con cada rugido, me deshacía de pavor. También las hienas han estado toda la noche chillando bien cerca. Esta mañana cuando te das cuenta que no ha pasado nada solo quieres volver a repetir la experiencia. Nuestro guía en Botswana nos decía que LOS LEONES NUNCA ATACAN UNA TIENDA DE CAMPAÑA, ESO SI NO GRITAR, NO ENCENDER LA LUZ, NO SALIR Y PASARAN DE LARGO.

Dejamos este paraíso de MANA POOLS para seguir recorriendo Zimbabue.

ESTA PAÍS NOS ESTA ENAMORANDO SOLO PENSAMOS EN VOLVER.

Vamos a intentar pasar a Zambia para ver las Cataratas Victoria desde allí. Si nos ponen alguna pega en la frontera por el coche seguiremos recorriendo Zimbabue.

16 de septiembre

Volvemos a Chirundu. Salimos al amanecer. Tenemos que calcular bien las distancias y los tiempos para llegar a la salida del parque con este coche que se nos puede partir en dos por las pistas. La vuelta no esta siendo tan dura. Tardamos cuatro horas en hacer los ochenta km hasta la civilización. Nada más conseguir salir, la dirección nos falla y el coche se nos va a la derecha.

Paramos en una gasolinera de Chirundu porque traemos el deposito bajo mínimos. “NO HAY PETROL. SE HA ACABADO”.

Chirundu es un pueblo fronterizo sobre el río Zambeze con Zambia

Hemos llegado penando hasta aquí con la dirección o lo que sea que tiene el jodido coche rota, esquivando como podíamos a los camiones y ahora NO HAY PETROL. Vamos a un taller de Chirundu.

Chiringo junto a Mana Pools

Dentro de lo malo, estamos felices porque después de seis días tenemos cobertura. Un sms desde España nos avisa que a Xaquín le han concedido el “Premio Nacional de Periodismo de la Policia 2018” por el reportaje de Informe Semanal “Narco de por vida”. Nos abrazamos dando saltos de alegría por el premio.

Premio Nacional de la policia 2018

Los negritos del taller nos miran atónitos pensando que par de idiotas. Se les rompe el coche, les vamos a meter un puro de mucho cuidado y se abrazan y saltan, a estos europeos no hay dios que les entienda….

Chirundu con el coche roto

El diagnostico del taller es que se ha roto una pieza. Hoy es domingo y la tienen que traer de Zambia. No parece que sea un problema. Nos acercan al maravilloso “Tiger África” junto al Zambeze. Este lodge es una locura en mitad de una ruta de elefantes que campean a sus anchas entre sus pallozas.

He sido testigo de una lucha entre elefantes. Ha sido increíble.

Lucha entre elefantes

La tarde en la piscina. A mi este lugar, me recuerda al Parque Nacional de Mole en Ghana, el primer lugar donde pude ver animales en África fascinándome para siempre. Esto es el paraíso. Estamos agotados pero radiantes de felicidad. Hemos conocido el premio desde este paraíso que es Zimbabue.

Dejamos el Zambeze con todo el dolor de mi corazón. Este lugar es absolutamente maravilloso. Anoche bajaban los hipos a beber a la piscina.

Piscina de Tiger África entre elefantes

Hay avisos de cuidado con los cocodrilos por todas partes

Elefantes en Tiger África

Mañana vamos a intentar entrar en Zambia para conocer Lusaka y bajar a las Cataratas Victoria. No tenemos papeles para sacar de Zimbabue nuestro coche.

17 de septiembre

Vamos a intentar pasar a Zambia

Nos acercamos a la frontera y cruzamos el puente que une Zambia con Zimbabue.

Al llegar a la frontera, en tierra de nadie nos imponen pasar un chequeo médico en una carpa militar. Piden mi pasaporte haciéndome preguntas sobre mi paso por Zimbabue pero sobre todo si tengo diarrea o vómitos.

Les contesto que de momento estoy sana como una perdiz pero me exigen allí mismo tomar una profilaxis contra el cólera que se ha convertido en epidemia en Zimbabue. Sin este protocolo imposible pasar a Zambia.

Finalizada esta formalidad intentamos cruzar a Zambia. Nos echan para atrás porque el coche no tiene los papeles para salir de Zimbabue. Tengo un cabreo importante. Los policías se han enrollado firmándonos el visado de entrada sin tener que pagar de nuevo. Otra vez hemos hecho el imbécil.

Cambio de planes tras no poder pasar a Zambia. El estado del coche no nos permite internarnos en más reservas de animales. Es una pena porque Zimbabue es un país lleno de naturaleza salvaje. Nos vamos a Harare, la capital del país.

EN ZIMBABWE LA FALTA DE GASOLINA ES UN PROBLEMA

Tras conducir más de 400 kilómetros se nos hace de noche. En tres gasolineras no tenían combustible. Hemos llegado por los pelos con el depósito vacío.

Es muy habitual en Zimbabue que las gasolineras se queden desabastecidas. En la primera ni gota, en la segunda tampoco. Se nos ha subido un soldado al coche para ayudarnos a encontrar la tercera. Lo cómico es que después el tío ya no se bajaba del Kia. Al final le hemos tenido que hacer la pregunta del siglo: ¿podemos hacer algo por ti?. Cosas de África.

Hemos llegado a Harare.

(continuará en Harare, la ciudad de las jacarandás azules)

One Reply to “Mana Pools National Park, recorriendo Zimbabue en 20 días”

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