Las cataratas Victoria, última etapa de un viaje por el Delta del Okavango

(continuación La Reserva de Moremi en Botswana, un campamento de tiendas en el corazón del Delta del Okavango y el Parque Nacional de Chobe)

Nunca hubiera imaginado David Livingstone cuando en 1840 embarcó rumbo a África del Sur para evangelizar que se iba a convertir en uno de los exploradores más brillantes de toda la historia de las exploraciones africanas.

Las Cataratas Victoria fantásticas

Así describe Livingstone la primera vez que pudo ver las Cataratas Victoria:

“Llegamos por primera vez a la vista de las columnas de vapor, llamado propiamente “humo” que se levantan a una distancia de cinco o seis millas, exactamente como cuando se queman en África grandes campos cubiertos de hierba. Se elevaban a la sazón cinco columnas e inclinándose en la dirección del viento parecían apoyarse contra una colina cubierta de árboles. Vistas desde lejos las columnas parecían confundirse con las nubes. Eran blancas en la parte baja y en la alta de color oscuro, a modo de humo muy espeso. Toda la escena era en extremo hermosa; las orillas y las islas estaban adornadas de vegetación silvestre muy variada en color y forma. No había sido contempladas nunca por ojos europeos; pero algo tan hermoso debe haber llamado la atención de los ángeles mientras vuelan.

“Las cataratas son simplemente una grieta hecha en una roca basáltica desde la orilla derecha a la izquierda del Zambeze. Es el espectáculo más maravilloso que he presenciado en África, afirma Livingstone. Si se mira dentro de la hendidura no se ve más que una espesa nube blanca que refleja el arco iris. …..”

Las cataratas Victoria

Empezamos la cuarta etapa de nuestro viaje al Delta del Okavango ahora tocan las  Cataratas Victoria.

The Victoria Falls

Desde el Parque Nacional de Chobe (Botswana) nos vamos a Victoria Falls (Zimbabue).

El paso de la frontera de Zimbabue ha sido fácil comparado con lo que es el paso habitual de las fronteras africanas que se convierte muchas veces en un suplicio. Cruzamos la frontera con personal del último lodge de Botswana que se encarga de todo, nosotros esperando en el coche a que nos traigan los visados. El visado a Zimbabue cuesta 30 dólares por cabeza y resulta fácil de conseguir para lo que nosotros estamos acostumbrados. Aquí se cuida al turismo. Ni un problema. Ya estamos en Zimbabue. No me lo creo. Desde luego, tengo que reconocer que es cómodo viajar así aunque jamás perdería la esencia y la autenticidad de viajar como nosotros lo hacemos habitualmente.

Esta ha sido una excepción que hay que pagar para ver animales en Botswana en primera línea.

Victoria Falls

La pequeña ciudad que alberga a este prodigio de la naturaleza se llama Victoria Falls.

En Victoria Falls vamos a estar tres noches. La primera nos quedamos en un lodge. Se llama “Kokuthula Lodge” y se encuentra situado a unos 4 kilómetros de la entrada de las cataratas junto al Zambezi River National Park con lo que los animales campean a sus anchas entre las pallozas del lodge. Compartimos un chalet o cottage con mis amigos.

Lodge en las Victoria Falls

El interior de nuestra cottage esta cuidado con todo tipo de detalles, camas con mosquiteras y una decoración rústica africana. Es una preciosidad. Hay un pequeño bus que nos baja a las cataratas y un restaurante con vistas a una maravillosa charca donde se acercan a abrevar los animales.

Nuestro nuevo lodge frente al Zambeze

Es una pasada pero para mi, no tiene la autenticidad de los días pasados cuando estábamos solos en la Reserva de Moremi. Aquí hay turismo y tenemos que compartir espacio con guiris ansiosos de safaris.

La charca de nuestro logde

Esta tarde nos hemos acercado a la entrada de las cataratas Victoria donde se encuentra el Victoria Falls Hotel, uno de los más genuinos y emblemáticos hoteles coloniales africanos. Los próximos días nos vamos a hospedar en este maravilloso hotel  para poner fin a nuestro fantástico viaje. Nos apetece darnos un “buen homenaje”. Ahora toca disfrutar de calma, abandonarnos en sus fascinantes salones, bañarnos en su preciosima piscina, leer, mirar, curiosear, escribir, pensar y reflexionar.

Interiores del Victoria Falls Hotel

Voy a pedir de cena cocodrilo. Mi experiencia con la gastronomía del cocodrilo ha sido muy distinta. Hoy me apetece recordar su sabor. La primera vez que pedí cocodrilo fue hace unos años en Gabón, en un restaurante de Libreville. Me pareció increíblemente rico, gelatinoso, suave y de un sabor difícil de explicar que no me recordaba a nada conocido. La segunda vez que recuerdo haber comido cocodrilo fue celebrando el cumpleaños de mi amiga Engracia en Cape Town. La experiencia no fue comparable a la primera vez. Me dejó más indiferente porque en aquella inolvidable cena comimos además, gacela, impala, ñu, kudú y cualquier bicho salido de la sabana. Entre tantas delicias de la selva, el cocodrilo me pareció una mezcla de pollo y algo indeterminado. Unos años más tarde, en Guinea Bissau, volví a probar carne de cocodrilo en una brocheta y no me pareció nada del otro mundo. La carne estaba dura. Era un sitio de lo más cútre donde me confirmaron que los cazaban ellos mismos y los servían en la mesa. El cocodrilo que me he comido esta noche no ha estado mal. Era una carne sabrosa pero el recuerdo de Gabón dejó el listón demasiado alto y nunca me he vuelto a encontrar nada igual en el mundo culinario de los cocodrilos africanos.

Atardecer en el río Chobe

Aunque este lodge es fantástico, nos han breado los mosquitos durante la noche. Me han picado por todo el cuerpo a pesar de tener mosquitera la cama. Los condenados atraviesan cualquier obstáculo con tal de succionarte vivo.

Hoy nos trasladamos al Victoria Falls Hotel.

Victoria Falls Hotel

El hotel Victoria Falls es un clásico de África. Debe ser uno de los mejores hoteles de este continente. Es absolutamente colonial. Fue construido por el Imperio británico en 1904. Abrió sus puertas el 8 de junio de ese mismo año. En un principio fue concebido como un lugar para dormir los trabajadores  que construían el tren Cape Town El Cairo. En su origen fue un simple edificio de madera con unas veinte habitaciones. Desde el principio se caracterizo por recibir a huéspedes ilustres, reyes, princesas, duques y lores. La “creme de la creme” de la colonia británica en Rodesia. En 1904 podía acomodar ya a cien huéspedes. Georges Darwin, hijo de Charles Darwin construyó un puente que separa hoy día Zambia y Zimbabwe muy cerca del hotel. En 1909, el príncipe Alberto de Belgica ya se hospedó en este emblemático hotel.

Zambia siempre tuvo envidia del Victoria Falls Hotel porque hacia la competencia a la vecina Livingston que quería acaparar todo el protagonismo con la figura del explorador, ya en 1907 sus habitantes pidieron que se cerrase el Victoria Falls Hotel.

El hotel es una maravilla, es de esos lugares para meterte y no salir. Las habitaciones son una pasada, de ese lujo colonial africano que no puede compararse a nada.

Interior del Victoria Falls Hotel Interior del Victoria Falls Hotel 2

La piscina fue construída casi a la vez que el hotel.

Piscina del Victoria Falls Hotel

Tiene varios salones. Hay uno en el que no podemos entrar porque hay que ir de etiqueta. En este viaje para dormir en tiendas de campaña y dormir entre animales viajando en mínimas avionetas tenemos una limitación el peso, lo más de etiqueta que llevamos son vaqueros y camisa.

Los bellísimos jardines del hotel están llenos de babuinos que se convierten en el terror de los guardas de seguridad que van armados hasta los dientes para mantenerlos a raya con escopetas y tirachinas. La seguridad de los clientes del hotel esta por encima de todo.

Cuando llegamos a Zimbabue pensábamos contratar un barco para recorrer el río Zambeze que es lo que suelen hacer los turistas y viajeros que se acercan por aquí pero ahora que estamos en este hotel solo apetece leer, escribir, sentarte en sus terrazas o descansar en la bellísima cama con esponjosas almohadas. Tomarte una copa de champan dejándote llevar escuchando el piano en uno de sus salones. Disfrutar de la cena con las increíbles danzas tribales del Limpopo o de los zulúes que te ofrece el hotel aunque sea al más puro estilo guiri. Este hotel es único.

Mas cataratas Victoria

Esta mañana nos vamos a acercar a conocer las Cataratas Victoria. La entrada a las cataratas es un parque temático. Es posible que este lugar sea el más turístico de África junto con las pirámides de Egipto.

En los alrededores de la entrada hay muchos artesanos que no te agobian y te dejan tranquilo. Te piden ropa a cambio de artesanía.

Un grupo de niñas a la entrada de las Cataratas Victoria

Las Cataratas Victoria no pueden ser más bellas. No me gustan los lugares turísticos pero  sabia que tenia que conocer las cataratas que pudo observar quedándose mudo David Livingstone creyendo que eran las fuentes del Nilo.

Las cataratas tienen una anchura de 1’7 km y 108 de alto.

Al acercarte a las cataratas se oye el rumor del agua cayendo a toda velocidad por la pendiente al fondo de una grieta que interrumpe bruscamente el río. Entonces se comprende porque los nativos makololo bautizaron este lugar: Mosi-oa-Tunya, como «el humo que truena» que además es el nombre por el que se le conoce en la orilla de Zambia.

 

El Zambeze es uno de los cuatro ríos más importantes de África. Cuando llega a la fractura o grieta en el terreno que forma las cataratas tiene casi más de dos kilómetros de ancho. Nosotros lo hemos visto en la época seca pero en la época húmeda se genera una espuma que llega a elevarse casi ochenta metros sobre el nivel del suelto llenando todo el entorno de mínimas gotas que te van calando. Las cataratas pueden verse desde 20 kilómetros de distancia.

En 1855, David Livingstone descubrió las cataratas y les dio el nombre de la reina Victoria de Inglaterra. Victoria Falls es la ciudad donde se encuentran en la parte de Zimbabue. Tiene mucho turismo y un fantástico sabor colonial. Uno de los lugares más evocadores es la estación del ferrocarril junto al hotel.

La estación de ferrocarril de Victoria Falls Un tren a punto de partir de la estación de Victoria Falls

Cruzando el puente que separa Zimbabue de Zambia se llega a la vecina Livingstone (Zambia) en honor al explorador escocés que murió en este país en 1873.

Las Cataratas Victoria en esencia

Las cataratas se pueden ver desde Zimbabue o desde Zambia. Dicen que desde donde estamos nosotros se ven mejor.

David Livingston

Se acaba nuestro viaje. Ha sido increíble.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *