Bazaruto, un archipiélago de ensueño, recorriendo Mozambique en 20 días (6 parte)

Viajando, recorriendo y conociendo Mozambique a la aventura en 20 días con transporte público

Beira, Vilanculos Archipiélago de Bazaruto

10 de agosto

Son las tres de la mañana y un taxi nos espera a la puerta del hotel para ir a coger un maxibombo o bus de transporte público. No hay desayuno, ni un café que llevarse a la boca.

Al llegar a la estación de autobuses, el espectáculo es absolutamente africano. La gente duerme por el suelo. Es casi imposible abrirte camino entre los durmientes.

Negociamos el cambio de nuestros asientos por los dos primeros junto al conductor (es el mejor sitio para un viaje suicida y agotador).

Un chico joven nos cede su sitio sin problemas. El otro asiento nos cuesta cambiarlo 200 metíais a la listilla de turno.

El viaje dura siete horas. No esta resultando tan terrible, el maxibombo es cómodo. El conductor no es demasiado imprudente.

Viajar en el último asiento como tantas veces es agotador.

Viajando en chapa hacia Vianculos

Hemos llegado a Vilanculos. El hotel que hemos elegido se llama Baobab

Es precioso. Es un lodge al borde del Índico que deja acampar tiendas de campaña, y tiene cabañas con un sabor africano irresistible. Hay franceses, españoles, americanos, sudafricanos, etc.

La gente intercambia experiencias y cada uno aconseja a los demás. Lo regenta una italiana, lista que sabe muy bien lo que quieres y necesitas.

Hotel Baobab Beach en Vianculos
Hotel Baobab en Vianculos

Mañana vamos al archipiélago de Bazaruto en un barco

Lo organiza el hotel, nos cuesta unos setenta euros cada uno. El hotel Baobab tiene mucho ambiente. No paramos de conocer gente. Una pareja de sudafricanos nos dicen que hoy han visto enormes tortugas, peces manta y todo tipo de peces de colores en las islas de Bazaruto. Aseguran que es fantástico.

Conocemos a Cary

Es española. Tiene en torno a 70 años. Esta viajando por África. Nos quedamos de piedra. Es una mujer blanca, mayor. Nos da mucho miedo que le pueda pasar algo.

A mi me da la sensación de que se encuentra desamparada y busca en este lugar su final, tentando al destino.

África es complicada, peligrosa y mucho más para una mujer, y si eres blanca y mayor es casi imposible salir viva de esta experiencia

Ha sido azafata de Iberia. Habla inglés perfectamente y tiene mucho mundo. Montó y gestionó un buen restaurante en Madrid, cerca de la calle Almirante.

Se define como una inconsciente. Vamos a estar en contacto con ella todo el tiempo por si tuviera problemas.

Su marido murió hace cuatro años y también su perro. Dice que quiere huir de tristezas, que no se permite melancolías, lo que quiere es apurar lo que le queda de tiempo, y no abandonarse a nostalgias.

No tiene hijos, Se dispone a recorrer Mozambique con una maleta que según nos dice es el doble de la nuestra. Es vulnerable, le han robado 1000 euros en Maputo nada más llegar, dejándola pelada para el resto del camino.

Me gusta porque está viva Es inconsciente como ella dice. Genio y figura hasta la sepultura. La admiro porque siempre he valorado a la gente que lucha hasta el final viviendo sin mirar atrás. Tiene dos prótesis de cadera y le da igual. Mañana piensa hacer la excursión a Bazaruto como si tuviera veinte años. Me fascina esta mujer.

No nos da mucho tiempo a hacer nada. Dormir y mañana al archipiélago.

Un barco en Vianculos

Vilanculos, Archipielago de Bazaruto

11 de agosto

Nuestra cabaña es preciosa, Tiene mosquitera. Esta al borde del Oceáno Índico que es de lo más bello que he visto en mi vida.

Nuestra cabaña en Boabab
Nuestra habitación en Boabad

Llegan las barcas con los pescadores. Las mujeres con grandes cestos les esperan en la orilla para recoger el pescado y venderlo en el mercado. La marea baja tanto que ayer tarde varios chicos jugaban en la arena un auténtico partido de fútbol. El espectáculo es sublime.

https://www.elmundo.es/album/vida-sana/viajes/2016/06/25/576a57f222601dd66e8b45b8_9.html

Las islas que forman este archipiélago se ven desde la orilla. Esto es un paraíso. Escucho las avionetas que van a los resort de lujo donde se esconden las mayores fortunas del planeta en lugares inaccesibles a los que sólo se puede acceder en avión.

La cabaña tiene porche, es pequeña y tiene dos tumbonas para sentarte a ver el archipiélago, patrimonio de la diversidad. No deben existir muchos lugares en el mundo tan bellos. Este es un lugar único.

Un barco en Vianculos
Un pescador en Vianculos
Mujer en Vianculos
Playa de Vianculos

Cogemos un barco de motor hacia el archipiélago. Nos acercamos en tres diferentes barcos con seis personas cada uno y los conductores. Los barcos son pequeños. La primera isla que vamos a visitar es la de Bazaruto. Se tarda una hora en llegar.

El mar tiene oleaje y la barca en la que vamos es tan pequeña y va tan rápido que a veces, se bambolea y creo que se va a dar la vuelta. Nos cruzamos con otros barcos. El agua es transparente como nunca en mi vida lo había visto. A pesar, de que vamos rapidísimo puedo observar el fondo del mar. Es increíble.

La isla de Bazaruto

Llegamos a la primera isla que da nombre al archipiélago. No puedo creer lo que ven mis ojos. La arena de la playa parece harina. Es blanquísima y me deslumbra los ojos. El azul es el turquesa más intenso que nunca haya visto. La isla está formada por enormes dunas que parecen un desierto.

La isla de Bazaruto fantastica
Las islas de Mozambique
Las dunas de las islas

Acampamos en las islas del Archipiélago de Bazaruto

Los chicos que nos llevan en las barcas hacen un campamento improvisado para protegernos del sol con unas grandes lonas entre las dunas. Otros porteadores empiezan a cocinar en una improvisada cocina. Vamos a comer pescado del mar.

Tenemos un par de horas para pasear y conocer la isla, recorrer las dunas

Debemos volver pronto porque vamos a hacer snorkel en uno de los mejores arrecifes de coral del mundo.

El arrecife esta entre dos de las islas que forman el archipiélago. Nos explica el que lleva la voz cantante que no debemos separarnos. También dice que hay que tener cuidado con las corrientes que son muy peligrosas, si caes en una de ellas es como si te metieran en una lavadora centrifugadora. No sales vivo.

Nos explica una serie de signos por si estamos en apuros, si necesitamos ayuda e insiste en que lo más importante es no separarse.

Archipiélago de Bazaruto

Todavía no tengo claro si voy a bañarme. Lo de la lavadora centrifugadora no me hace ni pizca de gracia. Me da mucho respeto el mar pero no quiero quedarme con las ganas. Tengo todavía un rato para pensar en ello.

Recorro la isla y no me lo creo. Jamás he visto nada igual. Si existe el paraíso, sin duda es este. Ni en los mejores sueños habría imaginado que exista algo tan bello. Paseamos por las dunas y Cary y su soledad vienen con nosotros. Le duelen las caderas. El viaje en barco ha sido muy duro y yo no dejo de admirar a una mujer tan fuerte.

El archipiélago de Bazaruto

Nos montamos de nuevo en las barcas camino de los arrecifes y sin contar con ello, nos salen ballenas al encuentro. Las tres embarcaciones vamos a por ellas. El espectáculo es sublime. Habiamos visto ballenas en Durban y en la costa de Sudafrica desde un barco grande con chaleco salvavidas y relativamente a distancia.

Ahora voy en un barcucho, sin chaleco salvavidas y estoy a cinco metros de ellas. con un soplido nos dan la vuelta a la barca. No puedo tener más miedo. Los animales me dan mucho respeto. Creo que de un coletazo nos mandan al fondo. Están tan cerca que las puedo tocar. No he tenido más miedo en mi vida.

Es fantástico verlas no paran de salir, sumergirse, volver a meterse, salir de nuevo. Nunca pensé tener tanta suerte. El guía está emocionado y sigue con las barcas hasta ponerse encima. Yo no puedo estar más aterrada. Al final no pasa nada. No había previsto verlas tan cerca ni tener tanta suerte. Bajan al Cabo de Buena Esperanza hacía aguas más templadas.

Isla de Bazaruto
Bazaruto y sus playas

Ha sido inolvidable, el mejor día de este viaje y quizás de todos los viajes. Debe ser dificil ver ballenas a cinco metros. Ahora nos vamos al arrecife a hacer snorkel. Todos se preparan y se tiran de las barcas.

A mi lo de la lavadora centrifugadora no me ha hecho gracia y menos en aguas tan transparentes que me hacen pensar que me voy a encontrar un tiburón tocando mi cara y que me vaya a dar un infarto del susto, sin embargo, no me quiero perder este momento de color, mágico y fascinante en un arrecife único, así que pienso que sea lo que dios quiera y me tiro sin pensar en nada.

Acertada la idea porque nunca he visto nada más increíble

Es un mundo de peces de colores, de todos los tamaños, e increíbles colores. Me da mucho miedo perderme del grupo y sobre todo me da miedo perder a Xaquín. El agua es transparente pero parece una caverna.

Volvemos a la isla después de esta experiencia única para saborear un pescado delicioso que han hecho los porteadores que nos acompañan.

Comida en las islas de Bazaruto

A media tarde nos volvemos al hotel agotados tras haber vívido una experiencia fantástica. Cary nos ha acompañado todo el día.

Las usas de Bazaruto

En el hotel tenemos que preparar la salida de mañana a Maputo. El viaje va a ser duro. Estamos a setecientos kilómetros. Cogeremos otro maxibombo a las tres y media de la mañana. De nuevo una hora inhumana para otro viaje inhumano. Gestionamos un taxi para que nos lleve de madrugada del hotel al maxibombo.

Cenamos con Cary. Hablamos de su larga vida. Está nostálgica. Nos despedimos con la sensación de su tremenda vulnerabilidad y con la intención de estar pendientes de ella mientras nos encontremos en este fantástico país. Prometemos vernos en Madrid.

Este hotel tiene un maravilloso baobab.

Baobab en el hotel Baobab de Vianculos


Archipiélago de Bazaruto, Maputo

12 de agosto

A las tres de la mañana cogemos un maxibombo con rumbo al último destino de este maravilloso país, Maputo. Vamos a apurar dos días antes de volver a Madrid para charlar con varías personas.

Nos viene a buscar un taxi en mitad de la noche comenzando otra africanada

En la oscuridad, a la puerta del hotel, distingo unas luces y doy por hecho que es el taxi que gestionamos ayer tarde. Según me subo al coche no me suena la cara del taxista. Se acercan unas segundas luces. Son las del coche del pobre infeliz de ayer que viene a buscarnos según lo acordado. Nos hemos equivocado de coche.

Desecho el equivoco, como siempre en África, nos toca pagar dos taxis

sin haber ni tan siquiera arrancado el motor del primero. Son las tres de la madrugada, no he desayunado nada y no tengo ganas de ponerme a gritar como una energúmena.

En el maxibombo vamos bien situados en los dos asientos de delante. El viaje resulta agotador, doce horas hasta llegar a Maputo. Llegamos exhaustos. Nos instalamos de nuevo en el backpaker Fatima’s, el mismo hotel del comienzo del viaje hace ahora casi veinte días.

La tarde la dedicamos a pasear, cenar tranquilamente. Hemos dedicado todo el día a viajar, un día perdido o quizás ganado. Todo depende de como se mire.

Maputo

13 de agosto

La búsqueda de las esculturas makonde

El día amanece soleado. Hemos descansado. Nos queda poco tiempo en Maputo y hay que hacer muchas cosas. Lo primero buscar nuestras esculturas makonde que hacen los artesanos del norte del país. Vamos a buscar un sitio seguro para comprarlas.

Tienen que ser de pao preto, una madera parecida al ébano. Nos han avisado que hay que tener cuidado porque algunos artesanos intentan meterte gato por liebre. Llevamos toda la mañana para encontrar la asociación de artesanos makonde.

Aunque parezca imposible, nos encontramos en una calle una estatua makonde, tirada en el suelo

Esta rota, le falta una pierna, parte del manto, la flecha y su armadura. Me agacho, echo un vistazo a los lados y la cojo.

No entiendo como en un país de tanta pobreza, se deshacen aunque sea de una madera. Aunque nadie valore esta magnífica estatua makonde puede servir para leña. La llevamos al hotel, es muy pesada, una de las condiciones necesarias para saber que es auténtica hecha de pao preto.

Localizamos al secretario de la asociación de artesanos makonde. Tiene una tienda con unas quince esculturas. Todas fantásticas. Me encanta un busto de mujer. Negociamos que nos restaure el guerrero makonde mutilado, sin pierna y abandonado en la calle.

Guerrero makonde

Nuestro guerrero makonde ya está restaurando.

Pasear por Maputo es delicioso, bajar a la baixa, dejarse llevar por esta maravillosa ciudad.

Vamos a ver el atardecer al “Café Dhow”. Un lugar espectacular para ver esconderse el sol y la llegada de los pesqueros a la caída de la tarde.

Atardecer en Maputo
Barcos entrando en Maputo

Escuchar un concierto en la Asociación de músicos mozambiqueños es toda una experiencia

Su local tiene un sugerente sabor africano. donde espontáneamente los músicos se lanzan a cantar y tocar. La gente empieza a bailar. Es increíble como se mueven estos africanos que llevan la música dentro. El concierto es fantástico. Nada como dejarse llevar. La música te envuelve, No puedo soportar tanta belleza.

Un incidente en Lagos (Nigeria)

Recuerdo un concierto en Lagos (Nigeria) de Fela Kuti (hijo) que fue absolutamente soberbio. África y su música, única e irrepetible. Al volver de aquel concierto nos asaltaron un grupo de áreas boys, o chicos de la calle que ejercían el terror en los barrios de esa ciudad.

Nuestro conductor, un ghanes que trabajaba para la embajada, salto con el 4*4 llevándose por delante todos los obstáculos que nos habían puesto en la carretera para cortar nuestro paso pudiendo esquivar a los asaltantes que nos hubieran quitado hasta la sangre.

Me impresiono mucho ver a estos individuos con machetes esperándonos. Ahora Lagos no es tan peligrosa. Hemos vuelto muchas veces porque es una ciudad a la que tenemos mucho cariño, En Lagos nos casamos y para nosotros es una referencia en África.

Vamos a dormir tras este concierto esplendido. No hemos parado. El día ha sido maravilloso.

Maputo

14 de agosto

El día esta nublado. Hoy es nuestro último día en Maputo. Dejo este país tan bello e interesante con mucha pena intentando apurar cada segundo.

Hemos quedado con Jávier, cónsul de España en Mozambique a desayunar. Durante todo el viaje hemos estado en contacto con él. Su información ha sido de gran valor. Lleva dos años en este país. Lo conoce bien, sus problemas, la situación actual.

Nos despedimos sabiendo que posiblemente nos volvamos a encontrar en algún otro país africano.

Tengo que comprar algunos regalos para mis amigos de España. También vamos a charlar con un sociólogo para que nos hable de los linchamientos.

Disfrutamos de Maputo sin parar de andar durante todo el día. Recorremos de nuevo la ciudad que nos cuesta reconocer. Ya no es la ciudad amable, cercana, barata, decadente que conocimos hace seis años.

Tengo la sensación de que nunca he estado aquí

No reconozco nada. La ciudad está llena de obras, de edificios en construcción. Un verdadero boom inmobiliario. Maputo se convierte inexorablemente en una megaciudad africana con unas desigualdades enormes y con dos mundos que nunca se encuentran.

El de los ricos, con sus 4*4, buenos restaurantes, mejores hoteles. Los lugares más fashion que nadie pueda imaginar. A su lado sin verse, sin tocarse, sin sentirse, sin querer saber del otro, un macro mundo de miseria donde no hay que llevarse a la boca.

Hombre en Maputo

La ciudad es peligrosa. Nos han avisado

Hace seis años paseábamos tranquilamente de noche por Maputo sin ninguna sensación de inseguridad. Ahora se perciben los buscavidas y mucha pobreza. Nos movemos en chopera. Moverte en taxi por esta ciudad puede costar el doble o triple que por Madrid.

Los edificios coloniales bellisimos portugueses no se restauran. Dieciseis años de guerra tras la colonización hace que los mozambiqueños tengan un rechazo muy arraigado a los viejos edificios que recuerdan la dramática colonización portuguesa.

Tengo la terrible sensación de que África se apaga y desaparece

Hemos tenido suerte en conocerla, disfrutarla, amarla, sentirla, respetarla, enfermar de nostalgia por ella. Sin embargo, las generaciones venideras no van a ser tan afortunadas.

Los chinos se están llevando las materias primas de este amado continente a cambio de hacer infraestructuras que solo durarán unos años por los pésimos materiales que emplean. Se llevan la madera, el coltan, las piedras preciosas, el marfil.

Se aprovechan de gobiernos corruptos que construyen grandes edificios para ellos y sus amigos. Lujosos barrios a los que el resto de la población nunca tendrá acceso.

Toda esta oligarquía de dinero, corrupción, petróleo, gas esta cambiando las ciudades africanas

que pierden su sabor decadente, suave, colonial para convertirse en mega ciudades donde es imposible sobrevivir porque acceder a cualquier servicio es imposible.

La hija del anterior presidente mozambiqueño es la segunda mujer más rica de África. La primera en este ranking de fortunas africanas es la hija primogénita del presidente de Angola. Esta es el África corrupta.

Un chico albino en las calles de Maputo

Un chico albino vende entre coches de Maputo.


El último atardecer en el mar, cerca del puerto. Hoy hace mucho frío en Maputo


Vamos a cenar. Se acaba este inolvidable viaje.

Maputo, Madrid

15 de agosto

El día va a ser el más corto que hemos pasado en Maputo. Vamos a desayunar con un sociólogo que nos viene a buscar a nuestro hotel.

Queremos que nos hable de los linchamientos, las razones, su origen, la postura del gobierno, el porqué se originan.

La conversación con Colaco es muy interesante. Tiene una visión clara del fenómeno y de su origen.

Mozambique es un país violento

Bajo una primera apariencia amable, el mozambiqueño es violento. La violencia la ha mamado desde el nacimiento.

Su origen en el colonialismo, una dramática guerra civil de casi dieciseis años. Todo esto deja un bagaje de violencia y crueldad en todos los estratos y estructuras de la sociedad. Lo que explica el fenómeno de tomarse la justicia por su mano y linchar a los delincuentes.

A esto, se une otro factor, unas instituciones inoperantes e ineficaces

La pobreza y miseria en la mayor parte de la población unido a la imposibilidad de acceder a lo que solo disfrutan unos pocos. Los hijos de gobiernos corruptos desde años inmemoriables. En este caldo de cultivo es el que puede facilmente explicar este fenómeno.

Vamos al aeropuerto. Antes de salir veo a una chica que ayer me pareció que era española y que la escuche pedir un taxi en el hotel para ir al aeropuerto. Se llama Alicia. Vamos juntos. Es una ingeniera de caminos que tiene un proyecto con la universidad Alfonso X el sabio en un orfanato de Zimbawe.

Se acaba este viaje, único como todos los viajes por este continente.

Mozambique es bellísimo, quizás, uno de los países más bellos que he conocido pero además, ha sido un viaje muy interesante

Hemos conocido a mucha gente.

Hacemos escala en Addis Abeba.

Coincidimos con un grupo de padres que vuelven a España con sus hijos adoptados

Son unas doce parejas pletóricas de felicidad con sus bebes en los brazos.

Me pregunto si estos niños volverán alguna vez a su país. Hoy dejan este continente y muchos jamas regresarán, seguramente para olvidar que tienen un pasado

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